El mundo tan bello como es.
Barcelona, Edhasa, 2005
Si hubiera que definir qué caracteriza el enfoque de la obra que nos ocupa, cabría decir, seguramente, que es el hecho de abordar el arte musulmán como si se tratara de un libro de texto para el pensamiento. Y es que para el autor, no sólo son textos los escritos propiamente dichos, sino que también lo son los jardines, los palacios, las mezquitas, la caligrafía, el tratamiento del agua, de la luz y de los colores, y, en definitiva, todo cuanto el artista musulmán ha creado con el fin de conseguir el placer de la belleza. La originalidad de Lomba consiste, pues, en pretender ver el contenido y el pensamiento del Islam a través del libro de texto que es su arte, y, a la inversa, tratar de ver este mismo pensamiento plasmado en las formas concretas que constituyen el arte islámico. Ante un determinado monumento u obra de arte islámico, enclavada en cualquier parte del mundo, inmediatamente sabemos que aquello es musulmán y no hindú, cristiano o de otra cultura. ¿Qué es, pues, lo que esconde el arte musulmán que sólo puede manifestarse, y expresarse en estas formas artísticas? ¿Cuál es la cosmovisión que hay detrás de esta expresión artística que la hace, además, distinta de otros artes y estilos? Y, por añadidura, ¿con qué facultades podremos descubrir el secreto y misterio de eso expresado? A todas estas cuestiones trata de dar respuesta El mundo tan bello como es.
Lomba crea así un hermoso texto que nos habla de un mundo, el del arte islámico, lleno de contenidos, el fundamental de los cuales es expresar la unicidad de un Dios que es Único, Eterno, Bello y Creador de Belleza. Es del seno de esta cosmovisión de donde surge la concepción islámica del hombre, entendido, en palabras del propio autor, como “una totalidad personal de cuerpo-alma, palabra-acción, individuo-sociedad […] empapada y embebida de belleza, de una belleza que emana de un Dios Bello que ama la Belleza y que ha hecho un mundo esencial y radicalmente bello, “el mundo tan bello como es”.