Halil Bárcena, "Perlas sufíes. Saber y sabor de Mawlânâ Rûmî" (Herder, 2015).

«Es verdad que jamás un amante busca a su amado sin haber sido buscado antes por éste» (Mawlânâ Rûmî, Maznawî III, 4393. Traducción: Halil Bárcena).

¡... Eyval·lah ...!

AVISO PARA NAVEGANTES

Amigas y amigos, salâms:

Bienvenidos al blog del "Institut d'Estudis Sufís" de Barcelona (Catalunya - España), un centro catalán e independiente, dedicado al estudio de la obra del sabio sufí Mawlânâ Rûmî (1207-1273) y el cultivo del sufismo mevleví por él inspirado, en nuestro ámbito cultural.

Aquí hallarán información puntual acerca de las actividades públicas (¡... las privadas son privadas!) que periódicamente realiza nuestro instituto. Dichas actividades públicas están abiertas a todo el mundo, ya que nadie ha encendido una luz para ocultarla bajo la cama, pero se reserva siempre el derecho de admisión, porque las perlas no están hechas para los cerdos.

Así mismo, hallarán en el blog diferentes textos y propuestas relacionados con el islam, el sufismo y la sabiduría tradicional. Es importante saber que nuestra propuesta sufí está enraizada en la sabiduría coránica y la
sunna muhammadiana, porque el sufismo es el corazón del islam, pero el islam es el corazón del sufismo.

El blog está pensado como una herramienta de trabajo para todos aquéllos que tienen un sincero interés por Mawlânâ Rûmî, en particular, y la senda del sufismo islámico, en general. Por ello, sus contenidos se renuevan puntualmente. Si se suscriben al blog podrán recibir información puntual sobre todas las novedades que se produzcan.

Para cualquier tipo de consulta o información, no duden en ponerse en contacto con nosotros, a través de nuestra dirección de correo electrónico: sufismo786@yahoo.es

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Reciban un cordial saludo, sean quienes sean y lo que sean, estén donde estén, y muchas gracias por su visita. Huuu...!

Halil Bárcena

Director de l'IES

Yâ man Hû...!

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miércoles, 27 de julio de 2011

Dîwân de Hal·lâj (26)


Dîwân de Hal·lâj (m. 922)




1. El punt nodal de la profecia és una torxa encesa,
suport de la inspiració divina en la cambra del cor.

2. Déu m’insufla en l’ànim l’alè de l’esperit,
mentre Isrâfîl m’advertia bufant la trompeta.(1).


3. Quan ell se’m mostrà per parlar-me,
vaig veure en el meu rapte Moisès a dalt del Sinaí.

Notes:

(1) Segons l’angelologia islàmica, l’arcàngel Isrâfîl anunciarà la fi del món tocant el so primordial amb la seva trompeta.


(Traducció de l'àrab al català a càrrec de Halil Bárcena)

martes, 26 de julio de 2011

Adiós a Joan Vernet


Adiós a Joan Vernet



Halil Bárcena





En este mes de julio tan raro (por poco veraniego) que estamos teniendo en este rincón mediterráneo, nos ha dejado el arabista catalán Joan Vernet i Ginés (Barcelona, 1923), catedrático emérito de la Universidad de Barcelona (UB), y una de las figuras más destacadas del país en el ámbito del arabismo y la islamología. Reputado como traductor del Corán y Las mil y una noches al castellano, y autor de una biografía de Mahoma, profeta del islam, Joan Vernet es autor de más de una treintena de libros (y 300 artículos), entre los cuales destacan Literatura árabe, Lo que Europa debe al Islam de España, Historia de la ciencia española y La cultura hispanoárabe en Oriente y Occidente. Por todo ello, y muchas otras cosas más, Vernet fue maestro de toda una generación de estudiosos del mundo árabe: su literatura, su ciencia y su religión.


A Vernet, como a todo sabio de hecho, le carcomían por dentro la pereza mental y la pasividad acrítica de esas gentes (supuestamente cultas y cultivadas algunas de ellas) cuyo pensamiento se construye a base de prejuicios y estereotipos, que repiten lugares comunes sin jamás preocuparse por indagar acerca la naturzaleza real de las cosas, algo que sucede muy a menudo, por desgracia, cuando se oye hablar del mundo árabe y del islam, como vemos cada día en los medios de comunicación de masas. De dicha preocupación nació la biografía Mahoma, en la que Vernet recorrió la vida del profeta del islam, a partir de las fuentes árabes más fiables, a fin de alejar su figura del desconocimiento y los prejuicios y mostrarnos en toda su complejidad, pero siempre de forma ecuánime, el rostro de una de las personalidades más influyentes de la historia de la humanidad, mal que les pese a muchos y muchas.


Tampoco al profesor Vernet le dejó indiferente el desconocimiento que en la Península se tenía y se tiene del mirífico legado cultural andalusí y su impagable aportación a la construcción de eso que hemos dado en llamar Europa, porque, eso lo repitió Vernet hasta la saciedad, ¡Europa le debe tanto al islam de aquí! De hecho ese es el título, justamente, de una de sus obras más definitivas y concluyentes, Lo que Europa le debe al islam de España. El arabista catalán se lamentaba de que en España, pese a la influencia que lo árabe y lo islámico habían tenido en la tradición cultural, existiese tan poco conocimiento acerca del período andalusí. Lo cierto es que hoy en día que el islam es o bien ninguneado o bien blanco de toda clase de generalizaciones y acusaciones intolerables; hoy que los berridos islamófobos de, por ejemplo, Pilar Rahola (aunque no es la única, porque después está la mesetaria 'Escuadrilla Don Pelayo del Mío Cid', que nutre de 'ideas-bilis' sobre el islam al Partido Popular) son tenidos por científicos, vale la pena volver al verbo pausado y profundo de los sabios como Joan Vernet, Creu de Sant Jordi (2002), que saben lo que dicen y además lo dicen todo de forma educada, con lo que invitan al debate sereno y la reflexión honda y matizada, acerca de realidades tan complejas, y que generan enorme complejidad a cada instante, como son las distintas culturas humanas y tradiciones espirituales. Sea como fuere, vaya desde aquí nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento al profesor y maestro Joan Vernet, a quien deseamos un feliz viaje de retorno a la inmensidad de la que todos venimos, a la que todos regresaremos algún día y que siempre fue.

Rugby, comienza el Tri-Nations


Tri-Nations, 2011




Halil Bárcena







La gran cita del rugby del hemisferio sur, el Tri-Nations, que enfrenta a los combinados de Nueva Zelanda (All Blacks), Sudáfrica (Springbocks) y Australia (Wallabies), echó a andar el sábado pasado, 23 de julio, con el choque entre australianos y sudafricanos que se resolvió a favor de los Wallabies, por un contundente 39 a 20. Por su parte, el día anterior, nuestros admirados All Blacks disputaron un test-macth contra Fiji, en la ciudad de Dunedin, que dejó a las claras el dulce momento en el que se halla el equipo kiwi. Los Blacks, vigentes campeones del Tri-Nations, infringieron un severo correctivo a los de Fiji, a quienes derrotaron por un concluyente 60 a 14. Los de Fiji se mostraron como siempre, algo que viene siendo habitual en los conjuntos polinesios. Su juego, por momentos brillante pero ¡tan anárquico¡, carece de la disciplina y el sentido del grupo precisos para hacer algo de valor en el mundo del rugby. Es decir, los de Fiji carecen de lo que los All Blacks pueden presumir: rigor y solidaridad grupal. Y es que el grupo está por encima de las individualidades. Los hombres de negro, capitaneados por un imponente Richie McCow, son, sin duda, los máximos aspirantes a revalidar un Tri-Nations que este año precederá al mundial de rugby, auténtico reto para los Blacks, que se celebrará, justamente, en Nueva Zelanda, a partir del mes de septiembre. Pero, no nos anticipemos y, por el momento, disfrutemos de este Tri-Nations que promete buenos momentos rugbísticos. Por supuesto, nuestros amigos y seguidores de este blog tendrán puntual información de todo cuanto en el sur pase.


Aquí tenéis la 'haka' de los Blacks confrontada a la 'cibi' de Fiji:

http://www.youtube.com/watch?v=rTGEPW6p4M0


Y aquí un buen resumen del test-match:

http://www.youtube.com/watch?v=DNNsnakA60I

sábado, 16 de julio de 2011

Neyzen Tevfik, el derviche rebelde

Neyzen Tevfik,

el derviche rebelde


Nesrin Cân






En este mundo, hay dos tipos de personas. Unos obran tratando de agradar a los demás y buscando su elogio. Los otros actúan libremente, sin esperar nada a cambio, sabiendo que toda alabanza viene de Él (Dios), como afirman los derviches. Este segundo tipo de personas son conscientes de sus carencias y de su pobreza. Éstos saben bien que su existencia vive a resguardo en su pobreza o inexistencia. Dicho de otro modo, que su pobreza eterna es su riqueza; no poseer nada es lo que tienen; no ser nada es lo que son. No cabe duda que Neyzen Tevfik, singular intérprete turco de ney, la flauta derviche de caña, pertenecía al segundo tipo de personas. De ahí, su espíritu libre y rebelde, al margen de las convenciones sociales. Aunque siempre sufrió enormes problemas económicos, jamás se le pasó por la cabeza servirse de un instrumento musical tan espiritual como el ney para aliviar sus penurias materiales. Sólo lo tocaba cuando así se lo dictaba su corazón, muchas veces incluso sin obedecer las estrictas leyes de la música clásica turca. Con todo, sus interpretaciones rebosaban siempre de una enorme sensibilidad, y su sinceridad a la hora de tocar provocaba el lloro de sus emocionados oyentes. Los siguientes versos reflejan bien el carácter libre y rebelde de Neyzen Tevfik, tan característico de muchos derviches:

"A quienes me ven lejos de Él por no cumplir con las oraciones
no les cabe ni en sueños mi mezquita y mi fe.
Ésos sólo buscan a Dios cinco veces al día.
Yo, en cambio, te aseguro que estoy siempre con Él".





Neyzen Tevfik nació en Bodrum, un pueblo de pescadores del Egeo, el año 1879. A causa del trabajo de su padre, vivió en diferentes ciudades costeras del mar Egeo. Fue entonces cuando se familiarizó con el ney. Durante un tiempo, tomó algunas clases con un neyzen amateur, pero Neyzen Tevfik fue fundamentalmente un autodidacta. Empezó sus estudios básicos en el colegio de Esmirna, que abandonaría más tarde, sin haberlos acabado. Su temprana pasión por el ney, instrumento tan ligado a Mawlânâ Rûmî y los derviches mevlevíes, le llevó a ingresar en el 'mevlevihané' de Esmirna, comenzándo entonces también sus estudios de árabe y persa. Al cabo de un tiempo, y dado su creciente interés por el ney y su entorno espiritual, decidió mudarse a Estambul, por aquel entonces centro indiscutible de la cultura y la espiritualidad mevlevíes. Durante una temporada participó en los 'mevlevihanés' de Galata y Kasımpaşa, pero el año 1902 decidió iniciarse como derviche bektashí, una corriente del sufismo turco caracterizada por su heterodoxia doctrinal y sus inclinaciones shiíes. Además de ser reconocido como intérprete de ney, Neyzen Tevfik también alcanzó una cierta notoriedad entre el público culto como poeta de talante rebelde y muy crítico con la clase política y aún más con los religiosos y la asfixiante presión social que ejercían. Sin embargo, al usar una lengua culta y en cierto modo arcaizante, sus poemas no llegaron a mucha gente. Uno de los temas poéticos preferidos por Neyzen Tevfik es la crítica feroz a los creyentes hipócritas, a quienes consisdera musulmanes sólo de apariencia, pero cuyo corazón está alejado del islam. El poema que sigue es un buen ejemplo:

"La intención de peregrinar a la Ka’aba es llegar al Amado.
No adores como un ciego una mera pared negra.
Si lo que buscas es a Jâdir (
1)
, búscalo en tu interior
y no montes un drama por no encontrarlo".





Neyzen Tevfik decía de sí mismo que él era nada, llegándolo a mostrar públicamente colgándose del cuello un cartel, como puede apreciarse en la fotografía precedente, en el que podía leerse la palabra persa 'hich', que, justamente, significa 'nada'. Los últimos años de su vida se los pasó en un hospital psiquiátrico de Estambul. Tenía serios problemas con el alcohol y sufría ataques de epilepsia. A propósito de su alcoholismo se cuenta la siguiente anécdota. Un día, en una conferencia el conferenciante preguntó al público asistente: "Si ponemos encima de un burro agua y rakı (2), ¿cuál de las dos bebidas eligiría?". Todos los asistentes se decantaron por el agua. Cuando el ponente les interrogó acerca de la razón de su respuesta, Neyzen Tevfik alzó la voz y contesto: "Prefirió el agua al rakı, porque era un burro".

Neyzen Tevfik murió en Estambul el año 1953. Antes de abandonar para siempre este mundo, nos dejó los siguientes versos
:

"No pienses que el sufrimiento no tiene fin,
este mundo también acabará un día".



En su tumba puede leerse el siguiente epitafio:

"No juzgues mirando sólo las apariencias.
Ven y contempla el interior, vuelto siempre hacia Él.
¿Qué importa si ves que en todo momento el neyzen (3)
está borracho?
Mira, en la taberna él construye la Ka’aba".


Para oír tocar el ney a Neyzen Tevfik, clikad aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=c7ZdTKGhmYE&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=bKXfLCzbptY&feature=related

Notas:
(1) Nombre de un profeta que aparece insinuado en el Corán. En el sufismo, es el maestro invisible de los que no poseen maestro físico. La gente lo invoca en situaciones difíciles.
(2) Bebida alcohólica de sabor anisado, típicamente turca.
(3) Intérprete de ney. El autor juega aquí con su propio nombre.


Nesrin Cân, de origen turco, es licenciada en lengua y literatura españolas.

miércoles, 13 de julio de 2011

Libros: Mystical Dimensions of Islam

Annemarie Schimmel
Mystical Dimensions of Islam
University of North Carolina Press, 2011






Con motivo del 35 aniversario del la publicación de Mystical Dimensions of Islam, obra de referencia de la añorada islamóloga germana Annemarie Schimmel (m. 2003), la universidad norteamericana de Carolina del Norte acaba de publicar una nueva edición de dicho libro, con un nuevo prólogo de Carl W. Ernst. A pesar del tiempo transcurrido desde la primera edición, el libro no ha perdido ni un ápice de su enorme valor, siendo aún en día una de las mejores exposiciones, sino la mejor, del tasawwuf o sufismo islámico. Catedrática emérita de cultura indo-musulmana en la Universidad de Harvard y catedrática honoraria de la Universidad de Bonn, la profesora Schimmel fue, sin duda, una de las figuras más sobresalientes de la islamología occidental del siglo XX. Traductora de obras árabes, persas, turcas y urdúes, tanto al alemán como al inglés, escribió cerca de sesenta libros sobre distintas facetas de la espiritualidad islámica, entre ellos un par de estudios sobre la obra y la figura de Mawlânâ Rûmî (m. 1273), maestro de derviches, de obligada lectura para todo seguidor y amante del poeta y místico persa. Una de las virtudes, que son muchas, del libro que nos ocupa, del cual existe una versión en castellano (Las dimensiones místicas del Islam, Madrid, Trotta, 2002), es el hecho de subrayar el carácter transhistórico y transcultural de ese vasto fenómeno espiritual que es el sufismo, verdadero corazón del islam e islam del corazón, al mismo tiempo. Y es que una de las deficiencias de la islamología occidental ha sido penetrar en el islam, en general, y en el fenómeno sufí, en particular, a través de la puerta árabe, olvidando el enorme peso jugado a la hora de enriquecer el islam por parte de otros pueblos y culturas. Tal vez, la única pega que se le pueda poner al libro, que desborda erudición pero sin perder calidez, sea el haber tratado a penas de soslayo tanto las concomitancias como las desavenencias entre sufismo y gnosis shií, que podríamos decir que son dos místicas islámicas en competencia. Sea como fuere, lo reitero una vez más, el texto mantiene su vigencia y es, insito, de lectura obligada para quien tenga interés en el sufismo, ya sea un estudiante avanzado o bien un principiante. Halil Bárcena

lunes, 11 de julio de 2011

Cantos sufíes (ilâhis): "Ey aşıkı dildâde..."


"Ey aşıkı dildâde"


Letra: Hasan Sezâi
Música: Sâdık Efendi
Maqâm: Rast

Ey aşıkı dildâde gel nûş edelim bâde
Bir bâde gerek ammâ kim içile me’vade
Sâkîsi ola Mevlâ ak dahı anın esmâ
Bir kez nûş eden kat’a gam görmeye dünyade

Bir kez içen aşıkdır aşkında ol sadıkdır
Aşk ona hem lâyıkdır Mecnun ile Ferhâde
Işit bu Sezâi’den ne gördü fenâiden
Dost yüzünü gösterdi mir’ati mücellâde

Can Allah, canan Allah, canlar sana kurban Allah
Hay kalbî zikrullah. ‘Lâ ilâha il·lâ Al·lâh, Muhammadun rasûlul·lâh




Eh, amante del amor. Ven y tomemos vino,
que lo necesitamos, ¿pero qué vino es el que se bebe en esta taberna?
Dios mismo es el escanciador que les sirve sus más bellos nombres,
y quien los bebe jamás siente tristeza en este mundo.

Quien los beba caerá enamorado, siendo fiel en su amor.
Y se hará digno del amor, como Majnûn y Ferhâd.
Escúchalo de Sezâi, que lo vio todo ello en su maestro.
El Amigo mostró su rostro en el espejo bruñido del corazón.

Amado Al·lâh. Las almas se sacrifican por Ti.
Mi corazón repite sin cesar el dhikr:
'No hay más divinidad que Dios y Muhammad es su enviado'

Para escuchar el ilâhi, clika aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=s3yU2-77z2Q&feature=related

(Traducción del turco al español a cargo de Nesrin Cân)

Símbolos: "El azufre rojo"

El azufre rojo


Halil Bárcena





Para los antiguos alquimistas musulmanes, herederos de saberes ancestreles provinientes del antiguo Egipto y otras culturas orientales, el llamado azufre rojo, al-kibrît al-ahmar en árabe, designaba la sola materia capaz de transformar la plata en oro. En el ámbito específico del tasawwuf o sufismo islámico, tal expresión se utiliza para referirse simbólicamente a la excelencia del grado espiritual logrado por el walî o amigo íntimo de Al·lâh, esto es, el sabio realizado, que es quien, gracias a su filiación divina, asegura -como sólo él puede realizar- la función de guía espiritual. A veces, se ha dicho que la búsqueda espiritual sufí (sayr wa sulûk) no es sino la búsqueda del azufre rojo. Algunos sabios sufíes, es el caso del andalusí Ibn 'Arabî (m. 1240) sin ir más lejos, fueron calificados muchas veces de al-kibrît al-ahmar por sus discípulos, alumnos y seguidores.

DÎwân de Hal·lâj (25)

Dîwân de Hal·lâj (m. 922)





25
1. Fosca és la closca; el nucli, resplendent;
perdurable l’esperit, jutge curull de fe i coneixença.


2. En morir, torna l’home amb l’esperit cap als seus sobirans,
mentre l’embolcall roman a terra descompost.



(Traducció de l'àrab al català a càrrec de Halil Bárcena)

Cuentos: "El engreído"


El engreído




"¿Cuántos buscadores de la verdad existen?", le preguntó un tipo muy engreído que se las daba de sufí a un derviche que pasaba su tasbîh cadenciosamente sentado en la puerta de una jânaqa. "Uno menos de los que tú piensas que hay", fue la respuesta del derviche.


Lo que te aparta de la senda interior es tu forma de transitar por ella, sobre todo cuando uno se da demasiada importancia, a veces incluso por nada. Y es que, como afirmaba Bistâmí, "quienquiera que conozca a Al·lâh, no dice jamás Al·lâh". No te vanaglories nunca de pertenecer al círculo de los derviches, no sea que te extravíes o, peor aún, que vuelvas atrás.


Halil Bárcena

Poetas: Hâfez Shîrâzî

1

Recuerda
El día de la amistad en que nos encontramos,
Recuerda;
Recuerda los días de fervoroso quebranto,
Recuerda.
El dolor de mi paladar es como veneno amargo:
El grito de nuestras fiestas: ‘¡Que sea grato¡’,
Recuerda.
Puede que se hayan olvidado mis amigos;
Pero yo miles de veces ese gentío
Recuerdo.
Y ahora, por la cadena de la desgracia atado,
A los que agradecidos mi bien buscaron
Recuerdo.
Aunque mil ríos de mis ojos surjan,
Yo, Zindarud, que los jardineros cuidan
Recuerdo.





2

Hombre egocéntrico
Hombre egocéntrico, de arrogancia colmado
Te perdonamos, pues el Amor te es negado.
De los locos amantes no rondas las guaridas;
¡Toma tu ‘Razón Suprema’ como meta
y como guía¡
Del frenesí del Amor, ¿Qué sabe ese cerebro
Que sólo ha probado el zumo de vino terreno?
Ten un amor de Luna y enseña a tu corazón
A esforzarse, aunque tu fama se propague
Como el sol
Son la palidez y el suspiro cargado de dolor
Quienes cuentan los ocultos secretos del corazón.
Que la copa despeje tu cerebro aturdido
Bebe, Hâfe
z, y relega la fama al olvido.

3

Los tiempos son confusos
Los tiempos son confusos y otra vez necesito
La lánguida mirada de la amada y el vino.
La rueda de la Fortuna es maravillosa:
¿Cuál será la próxima cabeza que doblegue?
O si mi anciano Mago la luz enciende
¿Qué lámpara alumbrará y será luminosa?
La falsedad de la tierra es historia famosa
La noche está preñada: ¿qué parirá el alba?
En la llanura hay tumulto y sangrienta batalla
Trae vino como la sangre rojo y llena otra vez
La copa






4

La virtud de los derviches
El supremo paraíso es el retiro de los derviches.
El crisol de la grandeza es servir a los derviches.
De la clausura el tesoro tiene extraños talismanes,
su clave es la generosa mirada de los derviches.
El palacio del paraíso cuya puerta Ridwân guarda
es una imagen tan sólo del prado virginal de los derviches.
Aquello por cuya luz el corazón negro se torna oro
es la alquimia que se gesta en la voz de los derviches.
Aquello ante lo cual pone el sol su corona poderosa
es lagrandeza que habita la corte de los derviches.

El reino no resguardado del miedo cuando amenaza la pena
escucha sinceramente: el reino es de los derviches.
Los reyes son la 'alquibla' de las súplicas de todos,
la causa es la servidumbre al trono de los derviches.
El rostro deseado que orando buscan los reyes
tiene su más claro ejemplo en el espejo del rostro de los derviches.
De una punta a otra abarca, de tiranía, el ejército,
pero del principio al fin es la hora de los derviches.
¡Ey, poderoso!, no ostentes tanta arrogamcia, que
tu cabeza y tu oro están a la sombra del acuerdo de los derviches.
Oh corazón, apártate con cortesía: la realeza del amor
se debe a la servidumbre de los derviches.
Si por su ira el tesoro de la corte se sigue hundiendo,
habrás leído que esto se debe también al celo de los derviches.
Oh Hâfez, si quieres agua de vida eterna,
su fuente es la tierra del solitario umbral de los derviches.
Soy esclavo de los ojos de Asef, el actual vivir,
que tiene el rostro señorial y la virtud de los derviches.


Hâfez Shîrâzî, 101 poemas, Madrid: Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2001




Shamsuddin Hâfêz Shîrâzî (1325-1390). Poeta y místico sufí persa cuyo tajal·lus o nome de plume era 'Hâfez' (‘el que recuerda’ en árabe), término que se reserva a quién conoce el Corán de memoria. Vivió una época de grandes cambios políticos en Persia y su oposición frente a la opresión le valió el exilio. Su obra, recopilada bajo el título de Dîwân, incluye más de 500 composiciones poéticas que celebran los placeres del vino místico, el amor y las rosas en la corte de Shîrâz; saritizan la hipocresía de los líderes religiosos y de los falsos místicos y cantan la unión extática con la divinidad. Hâfez elogia en su poesía la figura del derviche rend o bohemio, en quien ve la encarnación de la gran libertad interior, así como del inconformismo y del goce en recibir reproches de grises y mediocres. Y todo ello lo hace a base de una peculiar ironía y fino humor, insuperable en su género. Experto en el verso persa llamado ‘gazal’ (poema breve amoroso), diseñado para ser cantado, Hâfez encarna la perfección de la lírica persa.


(Sección coordinada por Pepa Torras i Virgili)

jueves, 7 de julio de 2011

Ahâdîz: "Ver detrás de la espalda"

Ver detrás de la espalda





Dijo el mensajero de Al·lâh [Muhammad] a los suyos: "Os veo detrás de mi espalda".


[Hadîz recogido por Buhârî]




Comentario:

Quien despoja su ser interior de todo deseo egoísta, deviene un espejo límpido en el que el ser universal, la realidad que vibra en todo cuanto existe y hace que las cosas sean lo que son, se refleja en él sin oposición alguna. Ése es pura transparencia pura: luz sobre luz; alguien capaz de reflejar la realidad tal cual es, sin contaminarla con juicios ni prejuicios, y de aprehender la esencia de las cosas con solo mirarlas. Según el sabio sufí Ibn 'Arabí (m. 1240), ver detrás de la propia espalda, tal como proclama el profeta Muhammad, significa haberse convertido en un 'rostro sin nuca', wayh bi-lâ qâfâ en árabe, cualidad ésta de quien posee el don de captar todas las direcciones del espacio, como si de una esfera se tratara. Y es que, según el sabio andalusí de Murcia, el ser primordial, quien ha llegado a ser lo que en verdad es, posee forma esférica, sin aristas ni lados, a diferencia del hombre vulgar que es como un cuadrado. Ser 'rostro sin nuca', cualidad propia del sabio abierto a la divinidad, es lo mismo que ser un ojo total, como diría en esta ocasión Mawlânâ Rûmî (m. 1273), al que nadie ni nada escapa a su mirada. Pero, si el sabio en el que late el espíritu universal es un 'rostro sin nuca', quien niega lo espiritual es una 'nuca sin rostro', mientras que los hipócritas, siempre según Ibn 'Arabí, son un 'rostro y una nuca'. Halil Bárcena

Justicia para Srebrenica


Justicia para Srebrenica,


la vergüenza de Europa



Halil Bárcena







Dieciseis años después de la terrible matanza de más de ocho mil hombres y niños bosnio-musulmanes de Srebrenica, perpetrada por los radicales serbios de Bosnia, al mando de los criminales Karadzic y Mladic, parece que comienza a hacerse justicia. Una sentencia dada a conocer estos días de un tribunal de los Países Bajos considera que el estado holandés es responsable de la muerte de tres musulmanes bosnios por parte del ejército serbobosnio, durante el mes de julio de 1995. Lo importante de dicho veredicto, que ha llegado con tanto retraso, pero al fin ha llegado, es que permitirá que miles de familiares de las víctimas puedan pedir indemnizaciones. Hoy, nos satisface y emociona decir que en Srebrenica, que fue -y es- la vergüenza de Europa, se empieza a hacer justicia.

martes, 5 de julio de 2011

El 'sufismo' de los hermanos Shah


El 'sufismo'
de los hermanos Shah



Inara Asensio





“Idries Shah debería ser evitado por todo estudiante serio” (1). La afirmación es clara y viniendo de quien viene, una gran conocedora del sufismo de la talla de Annemarie Schimmel, no podemos dejar de hacernos eco de ella, puesto que hace, aproximadamente, unos quince o veinte años los únicos libros sobre sufismo que podían encontrarse en el mercado hispano eran los de Idries Shah y, más tarde, los de su hermano Omar Alí Shah, Agha para los suyos. Por fortuna, en la actualidad, ese panorama ha cambiado mucho, habiendo aumentado considerablemente tanto el número como la variedad de propuestas y obras publicadas sobre la materia, conviviendo obras de excelente calidad con otras que no parecen contar con la misma seriedad ni profundidad. Pero, al menos, quien desee estudiar seriamente el sufismo posee en castellano obras rigurosas de autores de referencia como la citada Schimmel, Chittick, Hossein Nasr o Corbin, entre otros, amén de la nueva hornada de arabistas e islamólogos españoles.


A propósito de algunas de las propuestas sufíes nacidas en Occidente, escribe el islamólogo Halil Bárcena: “Hoy, uno tiene la sospecha de que, en términos generales, se está prestando atención sólo a la letra menor del susfismo, en detrimento de la grandeza de algunas de sus intuiciones espirituales fondamentales y de sus mejores cristalitzaciones en el tiempo. Así, ciertas manifestaciones occidentales autoproclamadas sufíes, publicitadas a diestro y siniestro a través de internet –es lo que algunso llaman cybersufismo-, pueden ser consideradas brotes nacidos del sufismo, peró ¿acaso son sufismo? Estas nuevas expresiones sufíes poseen más maquillage que cuerpo, son más decorado que guión” (2).


Pero, como decíamos, la oferta editorial en lengua castellan (también en catalán, aunque en menor medida) se ha ensanchado en la actualidad considerablemente, de tal forma que, hoy, disponemos de buenos estudios monográficos acerca de la mística islámica debidos a los expertos ya antes citados, así como traducciones, algunas de ellas excelentes, de autores sufíes fundamentales, tal es el caso de Rûmî, Hal·lâj, Hâfiz, Ibn 'Arabî, Ahmad Gazzalí, Shabestârî, Sa'adî, ‘Attâr o Sohrawardî. Al mismo tiempo, tenemos acceso a la obra de auténticos maestros contemporáneos, como el argelino Ahmad Al-'Alawî (m. 1933), el turco Muzaffer Ozak (m. 1985)o el iraní Dr. Javad Nurbakhsh (m. 2008). Creemos, pues, que hoy en día un buscador serio cuenta con los medios suficientes para percibir la impostura de ciertos maestros, llamémosles así, y la inconsistencia de sus propuestas, si nos atenemos a la propia tradición espiritual islámica y sufí.




Es el caso de Omar Alí Shah y su hermano Idries Shah, que nos hablan de un sufismo sin islam, o mejor dicho aún, de un sufismo 'liberado' del islam. Con ello parece que se dota al sufismo de una pátina de 'universalidad' muy en sintonía con los aires de una contemporaneidad en la que las religiones, en general, y el cristianismo, en particular, cuentan ya con muy poco, por no decir nulo predicamento, y en la que cualquier vinculación con lo islámico, muy en especial, resulta un inconveniente insalvable. No hace mucho Halil Bárcena se refería en este blog a esta escisión entre sufismo e islam, que tanto eco parece encontrar en ciertos sectores de la así llamada nueva conciencia espiritual. Pero no solo eso. En el caso del sufismo de los hermanos Shah, éste se desliga del islam para convertirse en una suerte de 'doctrina secretista', la 'tradición' la llaman, compartida por todas las religiones; una especie de guadiana espiritual única, universal y común a toda la humanidad. Es dicha consideración la que le permite afirmar a Idries Shah, por ejemplo, que un San Francisco o un Goethe, e incluso el propio Napoleón, fueron sufíes; y lo hace sin sentir rubor.

La inconsistencia de todo ello resulta más que evidente, a menos que se sea o muy necio o muy ciego. Efectivamente, el sufismo islámico o tasawwuf es un camino universal, pero no porque carezca de raíces, ni de tronco, sino precisamente porque los tiene y bien firmes y asentados en la sunna muhammadiana y en el Corán; y sólo así han sido posibles -y aún lo son- los frutos tan dulces que ha ofrecido a la humanidad a lo largo de los siglos. El sufismo es un camino universal porque se ofrece sin velos ni tapujos a todo hombre o mujer que busque con sinceridad. Mawlânâ Rûmî (m. 1273), maestro de derviches, lo expresó así:

“Ven, ven, ven, quienquiera que seas,
religioso, infiel, hereje o pagano.
Aunque hayas hecho cien promesas
y cien veces las hayas roto,
esta morada no es la morada
de la desesperanza y la frustración,
sino que está abierta para todos.
Ven, ven tal como seas”.


Pero, no nos dejemos llevar por interpretaciones melifluas. La morada de la que nos habla el persa Rûmî está abierta de par en par a todos, sí, pero se trata de una morada cuya puerta conduce a un camino real por el que transitar, el camino del profeta Muhammad; no nos hallamos, pues, ante un castillo construido en el aire. Pero, sigamos escuchando a Rûmî:

“Yo soy el esclavo del Corán,
el polvo del camino del profeta Muhammad,
y a quien niegue mis palabras,
yo lo maldigo a él y a sus palabras"
.




Llama, pues, la atención que, precisamente, los hermanos Shah se proclamen legítimos herederos del legado de sabiduría de Rûmî (y otros), como también se autoproclaman legítimos representantes de la tarîqa naqshabandiyya, orden sufí cuya silsila o cadena de transmisión, enseñanzas y referentes dejan poquísimas dudas acerca de su recia islamicidad; una orden, la naqshabandiyya, caracterizada, precisamente, por su sobriedad y, en algunos casos incluso, su rigorismo respecto al cumplimiento de los preceptos islámicos. Y es que decirse naqshabandí en el ámbito islámico es algo, de veras, muy serio, en todos los sentidos. Sea como fuere, Idries Shah va mucho más allá y se presenta como “Gran jefe de la tariqa sufí”; y una se pregunta qué debe de significar dicho título. En fin, se trata de una afirmación, no es la única, más bien oscura por lo genérico, ambiguo e impersonal de sus términos. Pero, el sufismo islámico tradicional no es ni oscuro ni ambiguo. Es un camino esóterico, sí, pero no secretista ni opaco. Como diría Frithjof Schuon, se trata de una vía esotérica, porque se ordena alrededor de una doctrina según la cual toda realidad implica un aspecto exterior, aparente o exotérico (zâhir) y un aspecto interior, oculto o esotérico (bâtin).


Tampoco el sufismo islámico es, ni tiene cabida en él, lo impersonal, puesto que se trata de una senda iniciática. Así, todo discípulo, previa iniciación, recorre el camino bajo la guía, la protección y en la compañía de un pîr o sheyj, esto es, un maestro que ya antes ha transitado dicha senda o bien va unos pasos por delante. Y que conste que también el sufismo recoge la posibilidad uwaysî, es decir, la guía de una suerte de maestro invisible, no corporeizado, como es el caso de algunos grandes maestros sufíes de la historia, y aquí podríamos citar incluso al andalusí Ibn 'Arabí, que recibió la jirqa de Jâdir, el maestro de los sin maestro, e incluso de 'Abd al-Qâdir al-Geylani, a quien jamás vió.


Insistimos una vez más, el sufismo es un camino esotérico e iniciático, pero jamás secretista, oscuro, ambiguo ni impersonal. Tampoco se trata de un conjunto de técnicas de psicología refinada, ni el precursor de determinadas técnicas de la moderna psicología, ni tampoco la confirmación de ciertas corrientes de pensamiento actuales –el neodarwinismo, por ejemplo-, como nos lo quieren presentar los hermanos Shah. Lo que encontramos en el particular 'sufismo' de dichos autores, ellos sí muy oscuros y ambiguos (Idries Shah proclama haber sido iniciado en el -jamás hallado por nadie- monasterio de la hermandad afgana de Sarman, la misma donde se inició nada más y nada menos que ¡...Gurdjieff!), un conjunto de enseñanzas y técnicas, entresacadas de aquí y de allá, modificadas, mezcladas y organizadas según unos patrones que en su día encontraron una tímida acogida en algunos círculos de buscadores occidentales bienintencionados, pero muy ignorantes respecto de la espiritualidad islámica y sus profundas implicaciones y alcance. Por supuesto, la acogida del 'sufismo' de los hermanos Shah en el mundo islámico es nula.




Alguien tan respetado y respetable como el Dr. Javad Nurbakash, pîr nematollahi, describió a las mil maravillas estos sufismos de hoy en día, apoyándose en el magisterio de Rûmî: “De este modo, se crean escuelas ‘sufíes’ que no son realmente nada más que tiendas donde los ‘maestros’ exponen sus mercancías. En realidad, la gente así crea sus propios ídolos y luego empieza a adorarlos. Esta clase de maestros está, de hecho, sujeta a sus propios discípulos. El hecho es que un discípulo desea tener a cierta persona como maestro, es decir, un maestro que, debido a sus defectos e imperfecciones, siempre disfruta teniendo una multitud de seguidores que lo apoyan. Sobre esto dice Rûmî:


"Cuidado, que estos cuervos han izado el fraude,
al imitar el grito del halcón blanco"
(
3).



Notas:
(1) Anne Marie Schimmel, Las dimensiones místicas del islam, Madrid, Trotta, 2002, p. 25, nota 3.
(2) Halil Bárcena, El sufisme, Barcelona, Fragmenta, 2008, pp. 9-10.
(3) Dr. javad Nurbakhsh, "Sufismo y psicoanálisis (II)", Revista sufí, nº 4(http://www.nematollahi.org/revistasufi/leertex.php?articulo=49).


Inara Asensio es licenciada en Derecho y diplomada en lengua árabe.

lunes, 4 de julio de 2011

Símbolos: El número '40'

El simbolismo del número '40'



Halil Bárcena









En todo el ámbito semítico, ya sea árabe o hebreo, el cuarenta es un número cargado de un rico simbolismo. En la espiritualida islámica, más concretamente, indica madurez. Así, se considera que nadie antes de los cuarenta años está capacitado para realizar nada de relevancia. Es como si todo el tiempo anterior a los cuarenta fuese de prueba, un ejercicio de maduración y centramiento en lo único que en la vida es realmente importante y significativo. Cuarenta, por consiguiente, implica haber acumulado la experiencia vital suficiente como para saber distinguir entre lo absoluto y lo relativo, lo que realmente cuenta y lo superfluo. Afirman los sufíes que antes de los cuarenta, y hemos de tomar dicha cifra en términos simbólicos, pocos son los que están preparados para la experiencia de Al·lâh. Y es que traspasar la barrera de los cuarenta de forma consciente significa aceptar morir a sí mismo, que no es más que despertar del sueño ilusorio del ego con el que estamos ciegamente identificados. No es casualidad por ello que, según la ciencia sufí de las letras y los números ('ilm al-hurûf), el valor númerico de la letra árabe 'mîm' (equivalente a nuestra 'm') sea, justamente, 40; letra 'mîm' que encabeza la palabra árabe mawt, cuyo significado es 'muerte'. Así pues, cuarenta simboliza también la muerte espiritual a uno mismo, fanâ' en árabe, o, lo que es lo mismo, una experiencia iniciática de paso. En ese sentido, no es casual que 'chilla', en persa cuarenta, sea el nombre que recibe el retiro de cuarenta días, justamente, que acostumbra a realizarse en el sufismo de raigambre irania. Al mismo tiempo, cuarenta son, afirman los sufíes, las etapas o maqâmât que el derviche atraviesa en su senda interior, tal como las describe, por ejemplo, el derviche persa Abû Sa'îd Abî-l-Jayr (m. 1048). Con todo, dicho simbolismo sufí de la madurez representada por el número cuarenta se sustenta en la sunna o tradición muhammadiana -el Profeta del islam recibe el mensaje divino del Corán a partir de los cuarenta años- y el propio texto coránico. Así, leemos en la azora 46 (Al-Ahqâf, Las Dunas), aleya 15: "(...) Y al alcanzar la madurez, tras haber llegado a los cuarenta años, dice: ¡Señor mío! Infunde en mí que te agradezca el beneficio con el que me has favorecido a mí y a mis padres y que lleve a cabo buenas acciones que sean de Tu agrado; y haz mi descendencia recta (...)".


Lecturas recomendadas

  • Abbas Kiarostami, Compañero del viento (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2006).
  • José Antonio Antón Pacheco, Intersignos. Aspectos de Louis Massignon y Henry Corbin (Athenaica, 2015).
  • Khalili, Una asamblea de polillas (Mandala, 2012).
  • Masood Khalili, Los susurros de la guerra (Alianza, 2016).
  • Olga Fajardo (ed.), La experiencia contemplativa. En la mística, la filosofía y el arte (Kairós, 2017).
  • Seyed Ghahreman Safavi, Rumi's Spiritual Shi'ism (London Academy of Iranian Studies, 2008).
  • Shams de Tabriz, La quête du Joyau. Paroles inouïes de Shams, maître de Jalâl al-din Rûmi. Trad. Charles-Henry de Fouchécour (CERF, 2017).
  • Tom Cheetham, El mundo como icono. Henry Corbin ya la función angélica de los seres, (Atalanta, 2018).

¡Ah... min al-'Eshq!

"A nosotros que, sin copa ni vino,
estamos contentos.
A nosotros que, despreciados o alabados,
estamos contentos.
A nosotros nos preguntan: “¿En qué acabaréis?”.
A nosotros que, sin acabar en nada,
estamos contentos"

Mawlānā Ŷalāl al-Dīn Rūmī

¡... del movimiento a la quietud!

... de la palabra al silencio !!!

"Queda mucho por decir,
pero será Él quien te lo diga
para que lo entiendas, no yo"

Mawlânâ Yalâl al-Dîn Rûmî (m. 1273)