"No se comienza por aprender,
sino por recordar"
Ismail Hakki Bursaví (m. 1137)
Comentario:
Todo en el sufismo es memoria, recuerdo, dhikr. El derviche no progresa, sino que regresa. Cumple así el imperativo pindárico de ser lo que ya se es. El camino sufí, así pues, no consiste en ir más allá, sino en volver al aquí de nuestra más honda hondura. El derviche éstá en perpetuo re-cuerdo, es decir, retornando al centro cordial de su corazón. No resulta casual, por ello, que en árabe "hombre" ("nâs") y "amnesia" ("nisyân") posean una raíz gramatical muy cercana, casi idéntica. El hombre común es, por definición, un ser olvidadizo, amnésico, desmemoriado, mientras que el derviche es un hombre de recuerdo. De ahí, también, que el conocimiento sufí sea en el fondo un re-conocimiento. El derviche no conoce sino que (se) reconoce. La memoria del derviche es triple: primero de todo, de su origen, del hombre y de su abismo y, finalmente, de la irremplazable exigencia del retorno. Halil Bárcena