"Si piensas que obtendrás el éxito
sin esfuerzo, eres un iluso.
Y si piensas que lo obtendrás esforzándote
voluntariosamente, eres un arrogante"
'Alí Ibn Abí Tâlib (m. 661)
Comentario:
Dicen los derviches que a Dios no se le encuentra buscándolo... ¡aunque quien no lo busca no lo halla jamás! Esa es la gran paradoja de la senda sufí, la sutilidad de su obrar, la finura de sus métodos y procedimientos. Y es que al fin y al cabo el camino sufí es un no-camino. El hombre común se halla atrapadao entre las categorías del iluso y del arrogante: o bien se abandona o bien pelea denodadamente en la creencia de que él es el primero y último hacedor de las cosas. El obrar en la senda sufí responde a otros parámetros. El derviche sabe que toda búsqueda con objetivo es una proyección del ego. Por lo tanto, no camina impulsado por sus sentimientos, incluso aquéllos que pudieran parecer más nobles y elevados, como el de la búsqueda esforzada de Dios, sabedor de que la tarea a realizar es más tenue que el mero esforzarse. Quien pretenda avanzar en la senda siguiendo sus deseos y sentimientos irá de fracaso en fracaso, no cosechará más que frustración tras frustración. La senda sufí transita por parajes insospechados, jamás antes vistos, por eso es secreta y desconocida, y no por ninguna veleidad ocultista. El derviche se deja hacer. Allí donde se halla en cada etapa del camino no se ha conducido él mismo. Halil Bárcena