Mawlânâ Rûmî (m. 1273)

Evidentemente, no se trata aquí de un asunto de meteorología del estilo: “Al mal tiempo, buena cara”. En modo alguno se nos está sugiriendo que adoptemos una actitud resignada ante la adversidad y el infortunio. Lo que se apunta aquí va mucho más allá de todo eso. Se nos está insinuando que el verdadero derviche se mide ante tres retos cruciales: la enfermedad, la vejez y la muerte, puesto que esos son, al fin y al cabo, los momentos reales de aflicción en la vida de todo ser humano. ¿Y el resto? Lo demás es considerarse demasiado a sí mismo y eso, ya lo decía el propio maestro persa de Konya, es un puro veneno. Sólo quien es capaz de mirar la enfermedad, la vejez, eso es, el paso inexorable del tiempo, y la muerte con paz interior merece ser llamado derviche. Halil Bárcena