José Tomás,
Un guerrero, según las enseñanzas del citado Don Juan, reúne estas cuatro condiciones: va a la guerra despierto, con miedo, con respeto, pero a la vez con absoluta confianza. Como Jesús de Nazaret cuando "decidió emprender resueltamente el camino a Jerusalén" (Lucas 9, 51). Y es que no hay otra forma de liberarse del miedo a la muerte. Quien es consciente de la muerte y la respeta, sabe que la vida, su vida, es única e irrepetible y, por lo tanto, sumamente valiosa. Quien asumiendo la muerte se libera de ella queda totalmente libre para crear. Irrepetibilidad, libertad y poseer la decisión de un guerrero son las condiciones para que el existir sea creación, conocimiento de esa dimensión irrepetible y libre de la realidad. Conocimiento libre de la muerte, conocimiento libre y más allá de toda necesidad, interés y deseo, que es lo que trae la muerte como dolor; conocimiento y experiencia religiosa. Porque no otra cosa que eso es la religión: conocimiento y experiencia totalmente libres y creadores, conocimiento y experiencia únicos, irreductibles a ningún otro.
El toreo de José Tomás tiene un sello inconfundible, el mismo sello que llevan todos los grandes, ya sean artistas, deportistas olímpicos, toreros como él, todos los creadores, en definitiva; el mismo sello, sólo que más radical, que debieran llevar todos los hombres y mujeres religiosos. La religión es el conocimiento más radical que se puede tener de la realidad, el más desinteresado y desegocentrado, hasta el punto de que en él no hay necesidad, no hay interés, no hay deseo, no hay 'yo', no hay muerte, sólo Eso, la Realidad. Y por ello demanda de quien quiera vivirla la condición de ser un guerrero. Cualquier otra cosa no es religión ni experiencia religiosa, aunque así las llamemos. La religión exige decisión y muerte. Jesús de Nazaret lo tenía bien claro: "Todo el que pone la mano en el arado y mira para atrás, no sirve para el Reino de Dios". "Si alguno quiere seguirme olvídese de sí mismo, tome su cruz y sígame". Y, según san Juan, hablaba de que hay que 'renacer de nuevo'. Para lo cual hay que morir, hay que ser guerreros. Por cierto, el bautismo para san Pablo es esa muerte y ese renacimiento. ¡Pero qué lejos de este bautismo está nuestro ritual del mismo nombre!
José Amando Robles, español nacionalizado costarricense, es licenciado en teología y letras y doctor en sociología. Profesor de la Universidad Nacional de Heredia (Costa Rica), así como de otros ámbitos académicos. Es autor, entre otras obras, de Repensar la religión, de la creencia al conocimiento (2001), Hombre y mujer de conocimiento. la propuesta de Juan Matus y Carlos Castaneda (2006), Para una nueva espiritualidad cosmoteándrica. Aportes en Raimon Panikkar (2006) y ¿Verdad o símbolo? Naturaleza del lenguaje religioso (2007).