¡Danzad! Del giro derviche
Nesrin Can
"... los que recuerdan constantemente a Al·lâh de pie, sentados y recostados"
Azora Al-'Imrân 3, 191 (Corán)
Muy posiblemente, el primer samâ' o danza derviche no haya empezado con Mawlânâ Rûmî (m. 1273), inspirador de la senda sufí de los derviches giróvagos, sino que tuvo lugar ya en tiempos de Muhammad, profeta del islam. En la literatura clásica del tasawwuf o sufismo islámico uno de los primeros autores en referirse al samâ' fue Necmeddin-i Kübra (m. 1220), que fue maestro del padre del propio Mawlânâ. Resulta evidente que no existe un solo modo oración en el islam, más allá de la obligatoriedad de hacer namâz u oración ritual, de tal manera que los próximos al profeta Muhammad no sólo practicaban namâz, salât en árabe. Es por eso que, según recogen algunas tradiciones, el primero en realizar samâ', o al menos una forma de proto-samâ', no fue otro que Abû Bakr, primer califa de la incipiente comunidad islámica a la muerte del Profeta, en el año 632.
En cierta ocasión, el profeta Muhammad necesitó ayuda en una campaña militar y Abû Bakr, que según refieren las crónicas siempre se prodigaba más que ningún otro compañero del Profeta a la hora de prestarle ayuda, gastó todos sus bienes a favor del profeta del islam, de tal manera que cuando murió los suyos no disponían de dinero ni para comprarle la mortaja. Se cuenta también que un día el ángel Yibrîl, el Gabriel de la tradición cristiana, visitó al profeta Muhammad ataviado con un vestido compuesto por un pequeño trozo de tela que le cubría medio cuerpo, mientras que la otra mitad se la cubría mediante una hoja de dátil. Cuando el Profeta le preguntó a propósito de aquel vestido tan sui generis, Yibrîl le contestó: "Abû Bakr te ayudó tanto que sólo le quedó para sí un pedazo de tela y una hoja de dátil con los que se cubría, lo cual satisfizo tanto a Al·lâh que nos pidió a todos los ángeles que vistiésemos así. Al·lâh me ha enviado para comunicarle a Abû Bakr que está muy satisfecho de él y para preguntarle si él también está satisfecho de Al·lâh”. El profeta llamó a Abû Bakr y le explicó su experiencia con Yibrîl, tras de lo cual Abû Bakr Cuando se despertó y poniéndose de pie desplegó sus brazos al cielo y empezó a girar como un derviche mevleví, al tiempo que clamaba: “Anâ radhí, anâ radhí”, que en árabe significa: “Estoy satisfecho y feliz, satisfecho y feliz”.
Según el árbol genealógico que maneja la propia tradición mevleví, la familia de Mawlânâ descendía de Abû Bakr. ¿Es por eso por lo que el propio Mawlânâ entraba en samâ’, frecuentemente, sin seguir excesivos tecnicismos, cuando experimentaba un wajd o estado de rapto o arrobamiento? ¿Acaso el samâ’ mevleví rememora la actitud de desprendimiento de Abû Bakr? Lo cierto es que nadie como los derviches mevlevíes se han dedicado con tanto rigor y pasión a la práctica del samâ’ que para ellos no es una mera danza, sino una forma de plegaria que expresa la felicidad de sentirse uno con Él.
Bibliografía:
Tuğrul İnançer, "Mevlevi Musikisi ve Sema", Keşkül nº 9, 2011, pp. 88-92.
Nesrin Can es licenciada turca en filología española.