All passion, all power
... ¡All Blacks !!!
(Crónica desde Twickenham)
Halil Bárcena
Otoño es cuando las mejores selecciones de rugby del hemisferio sur vienen a medirse con las escuadras del norte, Italia incluída (¡Italia pinta en el 6 Naciones lo mismo que en el G8!). Así, el pasado 30 de octubre, nuestros admirados All Blacks de Nueva Zelanda, iniciaron su gira anual de otoño en Hong Kong, enfrentándose a los Wallabies de Australia, en un test-match un tanto extraño que perdieron por un apretado resultado, 26 a 24, ya en las postrimerías del encuentro. Los Wallabies se desquitaron así de sus tres derrotas consecutivas frente a los del helecho plateado en el pasado Tri-Nations. Ya lo dice el refrán rugbystico, los All Blacks son un equipo que siempre gana, menos algunas veces. Y una de esas veces fue en Hong Kong.
Tras dicha derrota (que ha de significar un toque de alerta ante el mundial de rugby que se celebrará, precisamente, en tierras kiwi el año próximo, máximo objetivo de los Blacks), el equipo de Graham Henry saltó al viejo continente, más concretamente al mítico estadio londinense de Twickenham, the home of the english rugby, para vérselas con el combinado inglés. Y allí estuvo este cronista viendo por vez primera en vivo a los Blacks y disfrutando de un espectáculo deportivo único. Los del helecho plateado vencieron a los ingleses 26 a 16, en un partido vibrante en el que se puso de manifiesto la neta superioridad kiwi sobre los de la rosa roja, a pesar del empuje inglés en el último tramo del encuentro, puro coraje pero nada más. Los Muliaina, Nonu, McCaw, Carter (¡qué portento, amigos míos!), Smith, Thorn, Read, Mealamu, Afoa, Rokocoko y compañía están hoy por hoy varios escalones por encima de los hombres que entrena Martin Johnson (¡uno de los hombres más elegantes que he visto jamás!), que mucho tendrán que espabilar para hacer un papel digno el año próximo en el mundial de Nueva Zelanda. El aficionado inglés que tenía al lado me lo expresó de forma gráfica: no saben más.
El ambiente en las gradas así como alrededor del mítico estadio en la previa del match (el kick-off fue a las 14'30 hora local) fue extraordinario y en todo momento exquisito. Y es que pocos eventos deportivos, por no decir ninguno, pueden compararse al rugby. No hay que olvidar que éste es un deporte de bastardos jugado por caballeros, a diferencia del fútbol, que es un deporte de nobles jugado por malandrines. Y los caballeros del rugby están sentados en las gradas (la exquisitez y deportividad del público inglés debe subrayarse) y combatiendo en la cancha, porque si algo define a los rubgy players es su caballerosidad, me atrevería a decir en el sentido sufí del término, pues la suya es una nobleza no exenta de virilidad y, al mismo tiempo, de refinamiento. Quien piense que el jugador de rugby es un tipo rudo debió de ver la forma de entrar en el estadio de los jugadores de ambos equipos. Hoy, que el hombre es una especie en extinción en Occidente, daba gusto ver el caminar solemne, responsable y, al tiempo, viril y decidido de aquellos jóvenes atletas, mezcla de fuerza y delicadeza, capaces del zarpazo y de la caricia. Un ejemplo, Dan Carter, el apertura black, uno de los mejores jugadores del mundo, que, por cierto, milita en las filas de los catalanes de Perpinyà, por el que el Toulon ha ofrecido estos días unas cifras astronómicas para lo que es el rugby.
El único lunar negro del match fue el boicot inglés a la haka, la danza maorí que los Blacks interpretan antes de cada choque, algo que sucede cada vez más en las canchas del hemisferio norte. Cuando los hombres capitaneados por un excelso Richie McCaw comenzaron su danza, el público inglés se arrancó a corear, de una forma espectacular y conmovedora, todo sea dicho, el espiritual negro Swing low (sweet chariot, comming for to carry me home), adoptado por los seguidores ingleses como himno de su combinado nacional. Esperemos que las autoridades internacionales competentes corten por lo sano esta falta de respeto, tal como ya habían advertido en la previa del match, algo que los ingleses desoyeron. Una de las normas internacionales del rugby exige respeto a las expresiones tradicionales de las distintas culturas rugbysticas, como son las danzas de los equipos del hemisferio sur, la haka maorí en este caso.
Tras el test-match de Londres, los hombres de negro se trasladaron a Edimburgo, donde, el pasado sábado día 13, derrotaron por un escandaloso 49 a 3 al combinado escocés, que jamás ha vencido a los All Blacks en toda su historia, algo insólito. La gira black por las islas británicas e Irlanda prosigue. El próximo día 20, los Blacks estarán en Dublín enfrentándose a los del trébol verde; y el 27, en Cardiff, donde se las verán con los galeses; lugares donde no estaremos, desgraciadamente, pero, a pesar de ello, informaremos, puntualmente, a todos los amigos y lectores de este blog sufí de lo que allí suceda con los Blacks, que esperemos que sea bueno.
Para ver un resumen del test-match de Londres, clikar aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=gpCd0rRNwNk&feature=related
Y aquí la haka ¡Ka mate!, con el "improcedente" Swing low de fondo:
http://www.youtube.com/watch?annotation_id=annotation_506312&v=GMMlYeBfb7A&feature=iv
Para ver el Swing low en la versión de UB40, clikar aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=yU091YLgC9Q
Para ver la paliza black frente a Escocia, clikar aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=yxM15O1Ivg0