Halil Bárcena, "Perlas sufíes. Saber y sabor de Mawlânâ Rûmî" (Herder, 2015).

«Es verdad que jamás un amante busca a su amado sin haber sido buscado antes por éste» (Mawlânâ Rûmî, Maznawî III, 4393. Traducción: Halil Bárcena).

¡... Eyval·lah ...!

AVISO PARA NAVEGANTES

Amigas y amigos, salâms:

Bienvenidos al blog del "Institut d'Estudis Sufís" de Barcelona (Catalunya - España), un centro catalán e independiente, dedicado al estudio de la obra del sabio sufí Mawlânâ Rûmî (1207-1273) y el cultivo del sufismo mevleví por él inspirado, en nuestro ámbito cultural.

Aquí hallarán información puntual acerca de las actividades públicas (¡... las privadas son privadas!) que periódicamente realiza nuestro instituto. Dichas actividades públicas están abiertas a todo el mundo, ya que nadie ha encendido una luz para ocultarla bajo la cama, pero se reserva siempre el derecho de admisión, porque las perlas no están hechas para los cerdos.

Así mismo, hallarán en el blog diferentes textos y propuestas relacionados con el islam, el sufismo y la sabiduría tradicional. Es importante saber que nuestra propuesta sufí está enraizada en la sabiduría coránica y la
sunna muhammadiana, porque el sufismo es el corazón del islam, pero el islam es el corazón del sufismo.

El blog está pensado como una herramienta de trabajo para todos aquéllos que tienen un sincero interés por Mawlânâ Rûmî, en particular, y la senda del sufismo islámico, en general. Por ello, sus contenidos se renuevan puntualmente. Si se suscriben al blog podrán recibir información puntual sobre todas las novedades que se produzcan.

Para cualquier tipo de consulta o información, no duden en ponerse en contacto con nosotros, a través de nuestra dirección de correo electrónico: sufismo786@yahoo.es

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Halil Bárcena

Director de l'IES

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martes, 16 de noviembre de 2010

Amar en árabe


Amar en árabe




Halil Bárcena








Si existe una cultura en la que el amor se haya manifestado de un modo más superlativo en el decurso del tiempo, esa es, sin duda alguna, la árabe, más allá de que nuestra mirada hacia ella se vea hoy enturbiada por ciertos fenómenos políticos, de otro lado, poco saludables. Como apunta, no sin admiración y un pelín de orgullo, el pintor, cineasta y narrador tunecio Nacer Khemir, sesenta (¡60!) son las palabras que la exuberante lengua árabe posee para nombrar eso que llamamos amor. Cuarenta de ellas, aproximadamente, expresan los diferentes matices que el sentimiento amoroso abarca. El resto describe sus consecuencias, no siempre favorables.

Poco sorprende, así pues, que un imaginario amoroso de tal calibre, la expresión escrita en torno al amor haya sido en el caso de las letras árabes tan profusa y dispar. Qué duda cabe que la permisividad coránica respecto de la sexualidad -no olvidemos que en el islam la belleza es un atributo divino y la sexualidad una suerte de acto de fe- ha contribuido sobremanera, digo, a fraguar una fecunda erótica árabe que, a ojos puritanos, no obstante, pudiera rayar en lo libertino. En un hadîz, Muhammad, el profeta del islam, sostiene que los tres máximos placeres que al·lâh le concedió fueron la oración, los perfumes y la mujer.

Lo cierto es que el corpus literario árabe incluye casi todo en cuestión amatoria. En él podemos hallar, por ejemplo, la más encendida apología del amor casto, como es el caso de la llamada poesía 'udhrí de Bagdad que tanto influyó en la escuela literaria de los jóvenes estetas de la Córdoba califal, especialmente en Ibn Hazm, autor de El collar de la paloma. Pero, al lado, de estos héroes de un idealismo refinado y neoplatizante que eran capaces de morir de amor, dos siglos antes encontramos la carnalidad más explícita y sin afeites del poeta de origen persa, aunque de expresión árabe, Abû Nuwâs, muerto hacia el año 815. Ejemplo paradigmático del bon vivant de la época abbasí, Abû Nuwàs supo elevar su pasión pore el alcohol y lo obsceno a la máxima categoría literaria.





En esta misma línea de procacidad amorosa, aunque sin haber logrado el primor retórico del persa Nuwâs, Las mil y una noches no le van a la zaga. Las páginas de tan monumental obra están entreveradas de pasajes que recrrean relaciones, por supuesto, heterosexuales, pero también homosexuales, incluida su vertiente lesbiana, e incluso aquellas que rozan el más puro bestialismo.

Más cercano al idealismo amoroso de la poesía 'udhrí, topamos con la literatura sufí de corte místico de los siglos XII y XIII, fundamentalmente, encarnada en el cairota Ibn al-Fârid o el andalusí Ibn 'Arabí, autor éste último del Tratado del amor, expresión máxima del sentimiento amoroso plasmada en la literatura. En el seno del islam, el sufismo constituye una verdadera escuela de amor. En ella, sin embargo, el deseo amoroso que se profesa va dirigido a la divinidad. Lo realmente turbador, con todo, es que ciertas imágenes poéticas cultivadas por los vates sufíes -la alabanza del vino, sin ir más lejos- les emparejen, aunque desde perspectivas diferentes, con la poesía mundana.

Culminan nuestra somera inmersión amorosa en las letras árabes los tratados erotológicos o libros del bian amar, entre los cuales cabe mencionar El jardín perfumado del supuestamente tunecino Nefzawi, quien lo habría escrito a principios del siglo XV. En él se da, al igual que en la restante literatura erótica oriental, lo que la profesora puertorriqueña Luce López-Baralt ha denominado con sumo acierto una "coextensividad de lo sexual y lo sagrado".


En las páginas de Nefzawi, el placer derivado del encuentro sexual es concebido como un anticipo del Paraíso y de la contemplación cara a cara de la divinidad. Otro tratadista de la erotología no menos audaz que Nefzawi, esta vez un anónimo morisco español expulsado a Túnez allá por el 1609, equipara el coito en su obra... ¡a la plegaria! Lo dicho, en pocas lenguas se ha pronunciado la palabra amor de forma tan sublime y superlativa como en la árabe.


(Publicado en la revista Palimpsestos nº 11, primavera 1997, pp. 9-10)

Lecturas recomendadas

  • Abbas Kiarostami, Compañero del viento (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2006).
  • José Antonio Antón Pacheco, Intersignos. Aspectos de Louis Massignon y Henry Corbin (Athenaica, 2015).
  • Khalili, Una asamblea de polillas (Mandala, 2012).
  • Masood Khalili, Los susurros de la guerra (Alianza, 2016).
  • Olga Fajardo (ed.), La experiencia contemplativa. En la mística, la filosofía y el arte (Kairós, 2017).
  • Seyed Ghahreman Safavi, Rumi's Spiritual Shi'ism (London Academy of Iranian Studies, 2008).
  • Shams de Tabriz, La quête du Joyau. Paroles inouïes de Shams, maître de Jalâl al-din Rûmi. Trad. Charles-Henry de Fouchécour (CERF, 2017).
  • Tom Cheetham, El mundo como icono. Henry Corbin ya la función angélica de los seres, (Atalanta, 2018).

¡Ah... min al-'Eshq!

"A nosotros que, sin copa ni vino,
estamos contentos.
A nosotros que, despreciados o alabados,
estamos contentos.
A nosotros nos preguntan: “¿En qué acabaréis?”.
A nosotros que, sin acabar en nada,
estamos contentos"

Mawlānā Ŷalāl al-Dīn Rūmī

¡... del movimiento a la quietud!

... de la palabra al silencio !!!

"Queda mucho por decir,
pero será Él quien te lo diga
para que lo entiendas, no yo"

Mawlânâ Yalâl al-Dîn Rûmî (m. 1273)