El simbolismo del leónHalil BárcenaNo es extraño hallar referencias a la figura del león en la poesía sufí, sobre todo en la de raigambre persa, cuyos ecos poéticos llegan hasta la geografía india. Para los espirituales sufíes, el león es el símbolo de la fuerza, el arrojo y el coraje. Al mismo tiempo, el león simboliza a quien ha alcanzado la cúspide de la senda espiritual. En el ámbito de la gnosis sufí, suele conocerse a 'Alî, primo y yerno del profeta Muhammad, epítome de la espiritualidad sufí, mediante el epíteto Asadol·lâh, el León de Dios. A ojos sufíes, 'Alî constituye el primer eslabón de todas las cadenas iniciáticas sufíes (silsila), salvo la naqshabandí, de estricta observancia sunní. 'Alí es el discípulo más cercano al profeta Muhammad y, por ende, el depositario del saber místico y quien ocupa el grado más alto del conocimiento.
Haydar, que también significa león, es otro de los nombres con el que la tradición sufí designa a 'Alí; y haydari es, justamente, el chaleco sin mangas que visten algunas escuelas sufíes, como la mevleví, o los bektashíes turcos, éstos de obediencia shií. La forma de dicha prenda pretende representar la letra árabe 'ayn, que es la que encabeza el nombre 'Alí. Es en el ámbito de los derviches bektashíes, precisamente, donde se ha prodigado un tipo de calígrafía que ensalza la figura de 'Alí mediante la representación figurativa de un león, como puede apreciarse en los ejemplos que ilustran el presente texto.
Como no podía ser de otro modo, también la poesía de Mawlânâ Rûmî (m. 1273) contiene múltiples referencias a la figura del león, aunque desarrolla, como en otros casos, una visión muy particular. Sirva de botón de muestra el ejemplo que aquí traigo. En el gazal u oda mística 604 del Dîwân-e Shams-e Tabrîzí, en el que canta la pasión por su maestro Shams de Tabrîz, Rûmî emplea la expresión "shâh-e hameh shîrân", que en persa quiere decir "rey de todos los leones", para referirse, justamente, a Shams, queriendo significar con ello el alto grado espiritual que él le concedió al que fue el vedadero catalizador de su despertar espiritual, quien le permitió ver las cosas tal como son y no tal como hasta entonces él las veía. En definitiva, Shams fue para Rûmî una suerte de 'Alí, el león que le desveló los secretos del conocimiento divino, algo que la religión formal no le había otorgado.