Wabi-Sabi para Artistas, Diseñadores,Poetas y Filósofos
Hipòtesis-Renart, Barcelona, 1997
"¿Pero cómo ejercitar la contención que la simplicidad requiere sin pasar a una austeridad ostentosa? ¿Cómo fijarse en todos los detalles necesarios sin ser excesivamente rebuscado? ¿Cómo lograr la simplicidad sin inducir al aburrimiento?". Estas son algunas de las cuestiones que se plantea Leonard Koren, autor del libro que aquí reseñamos, a la hora de intentar transmitir el tipo de simplicidad que implica el término japonés Wabi-Sabi. Detrás de esta palabra, que comparte con los sufíes el gusto por la paradoja y la ambigüedad, se esconde una particular concepción de la belleza según la estética japonesa: "la belleza de las cosas imperfectas, mudables e incompletas [...], de las cosas modestas y humildes […], de las cosas no convencionales"; una concepción fundamental de la cultura japonesa, que en su momento rompió con los estándares estéticos imperantes en pro de una esencialidad que también abarcaba lo espiritual. El Wabi-Sabi comparte también con la sensibilidad sufí la percepción de un universo en constante movimiento, en perpetua transformación; la importancia del detalle y el gusto por la poesía como medio de comunicación. La belleza Wabi-Sabi es también expresión del instante; aparece en el momento en que se aprecia como tal y refleja los efectos del tiempo y de la intervención humana (como la belleza del hierro corroído y oxidado intencionadamente o de una hoja descomponiéndose en el suelo, por citar dos ejemplos que aparecen en el libro). La percepción Wabi-Sabi destaca la importancia de trascender los modos convencionales de mirar y de pensar las cosas, de separar la belleza de la fealdad. Esta percepción tiene un lugar privilegiado en la ceremonia del té, donde es el cuerpo y no el lenguaje, el depositario del conocimiento, como lo es también el cuerpo del derviche en su girar cadencioso. Este ensayo, escrito de forma casi poética y acompañado de imágenes ilustrativas, logra explicar esta particular forma de apreciación que resulta tan difícil de definir incluso para los propios japoneses. Aunque su título parezca indicar lo contrario, no es ésta una obra escrita exclusivamente para personas del mundo del arte, sino para cualquiera que desee agudizar su mirada y abrirse a la contemplación de la belleza que puede hallarse en los lugares menos pensados. Pepa Torras i Virgili