"Tenemos un enorme barril de vino,pero no tenemos copas.Pero eso nos da igual. Cada mañanaresplandecemos y por la tardevolvemos a resplandecer de nuevo.Dicen que no tenemos futuro. Y tienen razón.Pero eso nos da igual"Mawlânâ Rûmî (m. 1273)Comentario:El paso del tiempo, con sus radicales mutaciones culturales, devoró las copas (religiosas) en las que bebieron nuestros antepasados, durante siglos y siglos. Las copas son las formas religiosas en las que en el pasado se vertió y degustó la espiritualidad. Hoy, hay quien conserva alguna que otra copa del pasado, como si de una vieja reliquia se tratara, pero, ¡ay!, carece de vino. Dichas formas venerables merecerían estar en un museo, a fin de ser admiradas, pero nada más; su operatividad hoy es nula, están vacías, muertas. En nuestra atribulada contemporaneidad, la espiritualidad no va a poder beberse más en copas del pasado, aunque las copas del presente aún estén por modelar. Y es que las copas no se improvisan en dos días. No es tiempo hoy de copas y especulaciones fatuas sobre un vino del que se carece. La palabra vino no embriaga. Hoy, es tiempo de cultivar vides que puedan dar un vino no ya de garrafa, como el que algunos expenden aquí y allá, sino de marca. Es tiempo de cultivar con paciencia y conocimiento y el resto se nos dará por añadidura. Por lo que respecta a nosotros, que nadie se ofenda ni se lo tome a mal. No nos mueve la vanidad. A nosotros, no nos preocupa no disponer de copas, pues sabemos que tenemos vino en la bodega, y lo sabemos pues andamos dando tumbos, embriagados del Amigo, por la mañana pronto y por la noche también. ¿Acaso no se ve? ¿No lo has notado aún? No tenemos copas... ¡y qué, mientras tengamos vino! No tenemos futuro... ¡y qué, mientras tengamos presente! Nada tenemos... ¡y qué, mientras lo tengamos todo! Halil Bárcena