Gales repite triunfo
Halil Bárcena
Uno de los recuerdos de infancia más bellos que uno guarda en la memoria son aquellas tardes de televisión en blanco y negro siguiendo admirado las evoluciones del torneo de las 5 Naciones de rugby, hoy seis tras la incorporación de Italia. Por entonces, era la década de los 70, en pleno tardofranquismo, el quince galés causaba sensación, no sólo por su juego sino también por sus maneras rugbísticas. Y es que si hay un país en el hemisferio norte donde el rugby significa mucho más que un mero deporte ese es Gales. Más allá de las lógicas diferencias culturales, los dragones rojos vendrían a ser algo así como los 'All Blacks' del norte. El caso es que tras unos años titubeantes, Gales vuelve por sus fueros merced a una prometedora generación de jóvenes jugadores (North, Curthbert, Halfpenny y compañía) que han conseguido alzarse con el Seis Naciones de este año, galardón que ya obtuvo en la pasada edición, igualando de este modo al combinando inglés, que lo tuvo en sus manos hasta la última jornada, disputada el pasado 16 de marzo, con un total de 26 títulos. En efecto, los ingleses se presentaron en el mítico Millennium de Cardiff para vérselas, justamente, con el quince galés. En principio, los de la rosa de Lancaster lo tenían todo de cara para alzarse no sólo con el torneo sino también con el Gran Slam, que acredita a la selección que obtiene el preciado torneo ganando todos los choques, y la Triple Corona. Pero, el caso es que los dragones rojos les endosaron un serio correctivo -30 a 3 fue el resultado final-, tras realizar un choque memorable, sobre todo en la segunda mitad, en el que superaron a los ingleses en todas las líneas y fases, con un juego a la mano memorable.
Del resto, cabe destacar el meritorio tercer puesto obtenido por Escocia, que parece que comienza a levantar la cabeza tras unos años durísimos; el increíble cuarto puesto de Italia, y la pésima actuación de los quinces de Irlanda, decepcionante, y Francia, que ocupó el último lugar y a puntito estuvo de llevarse la cuchara de palo, que premia al último clasificado que pierde todos los encuentros, algo que a este cronista le hubiese importado muy poco. El rugby es un noble deporte de nobles caballeros, algo que los británicos, inventores del juego, saben muy bien, a diferencia de los galos que, como buenos republicanos, de nobles y nobleza saben poco, muy poco, casi nada.