Tras la gesta de Filípides
Hasta aquí la historia, eso sí, trufada de leyenda. Pero, ¿qué puede aprender uno tras realizar un esfuerzo físico (¡y mental!) de tamaña naturaleza? Lo resumiré de forma sintética. Básicamente, la maratón nos enseña que:
1) nada valioso en la vida se consigue sin esfuerzo
2) ninguna gran carrera comienza en la línea de salida
3) en el límite aflora una fuerza interior insospechada
4) lo que se realiza al límite y en el límite posee un valor especial
5) todos los corredores ganan, con independencia del tiempo invertido.
Es indudable el origen sagrado del deporte, tal como Ghazi bin Muhammad ha descrito de forma ejemplar en su libro The Sacred Origin of Sports and Culture (Fons Vitae, 1998). Pues bien, tal vez sea en la maratón, la prueba atlética más emblemática de todas, donde mejor pueda apreciarse dicha sacralidad, hoy, desgraciadamente, negada por unos cuantos y olvidada por casi todos.