Ahoras e instantesSobre la noción sufí de "ibn al-waqt" o "hijo del instante"Halil BárcenaEs ahora o nunca; jamás mañana. Y el derviche lo sabe. De ahí que, a veces, haya sido definido como ibn al-waqt, esto es, un hijo del instante, o lo que es lo mismo, alguien rendido a la plenitud radiante del aquí y ahora. La vida es eso, un instante, el que tiene lugar en el espacio de una respiración. No es casual que en persa, una lengua tan poéticamente evocadora que se la suele llamar en oriente la lengua del paraíso, la palabra dam quiera decir, precisamente, tanto aliento como instante. Y es que respiramos ahora mismo y para ahora mismo, no para después. Respirar conscientemente significa habitar el instante presente. Por consiguiente, todo aquello que no se viva ahora, que se aplace para un hipotético mañana más propicio, se perderá para siempre. Es, insisto, ahora o nunca. Y vivir el instante (y en el instante) comporta, a fin de cuentas, realizar el destino último del ser humano, que no es otro que ser ejemplo vivo de plenitud de receptividad y de donación. Pero, como siempre, son los poetas los que mejor saben decirlo todo. Escribe Jorge Luis Borges en su poema Instantes (1):
"Si pudiera vivir nuevamente mi vida.En la próxima trataría de cometer más errores.No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.Sería menos higiénico.Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.Yo fuí una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría.Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos.Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro,una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo".Notas:
(1) El poema Instantes, atribuído a menudo a Jorge Luis Borges, en realidad no le corresponde, ni parcial, ni totalmente. La verdadera autora parece ser que es una desconocida poetisa norteamericana de Kentucky llamada Nadine Stair, quien lo publicó en 1978, ocho años antes de que Borges muriera en Ginebra, a los 86 años, con el título en inglés If I Had My Life to Live Over. El maestro argentino pudo haberse inspirado en él.