El ḥaŷŷ, el viaje de la vida
Halil Bárcena
Aquí estoy, en la ciudad de Medina, Madîna al-Munawwara, la ciudad luminosa, luz que recibe de la presencia viva del profeta Muhammad (s.a.s.) en ella enterrado; antes de iniciar el ḥaŷŷ o peregrinación ritual a La Meca. Corría el mes de febrero del año 2002, cuando aún no existían los teléfonos móviles. Para el derviche, el ḥaŷŷ no es un viaje más, ni siquiera una peregrinación más. El ḥaŷŷ es el viaje, el ḥaŷŷ es la peregrinación: el viaje de la vida, la peregrinación de la vida.