"Por amor, las cosas amargas se vuelven dulces;por amor, pedazos de cobre se tornan oro;por amor, los sedimentos se aclaran;por amor, el dolor se vuelve cura,por amor, el muerto vive;por amor, el rey se convierte en esclavo.Pero este amor es fruto del conocimiento"Mawlânâ Rûmî (m. 1273)Comentario:El amor, expresión más sublime de la unidad de todo cuanto existe, es la fuerza del mundo, la que lo mueve y transforma desde dentro a cada instante. Así lo entendieron los derviches del pasado, quienes nombraron a su vía, justamente, la senda del amor. Con todo, no es la suya una enseñanza que apele al sentimiento. El amor del que habla el derviche es fruto del conocimiento. De ahí que las intuiciones espirituales fundamentales del sufismo, destiladas de la lectura simbólica que del Corán llevan a cabo los derviches, vayan dirigidas, primariamente, a la razón del hombre. Al fin y al cabo, lo que cuenta es ver. Y es que el sentimiento por sí sólo nunca puede proporcionar una base suficiente y sólida para el camino espiritual. Halil Bárcena