Un gazal dudoso de Mawlānā Rūmī
Entre los versos que se le atribuyen a Mawlānā Rūmī (q.a.s.) más difundidos aquí y allá en las redes sociales figuran los siguientes:
“¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy hindú, budista, sufí o zen. No soy cristiano, ni judío, ni parsi, ni musulmán.
No pertenezco a ninguna religión o sistema cultural”.
En realidad, se trata de una adaptación libre, muy libre, demasiado, más que de una traducción fiel a las palabras del sabio sufí de Konya, práctica ésta muy extendida por desgracia en ciertos círculos occidentales cuya finalidad no es otra que desislamizar tanto su obra como su propia trayectoria vital. Por eso se le atribuye algo tan inverosímil como “no pertenezco a ninguna religión o sistema cultural”, que jamás Mawlānā Rūmī (q.a.s.) dijo. Por lo tanto, antes de referirme al gazal (غزل) u oda mística en sí al que pertenecen dichos versos, doy mi propia traducción del original persa:
“¿Qué he de hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo.
No soy ni cristiano, ni judío, ni zoroastriano [ġabr گبر], ni tampoco musulmán.
No soy de oriente, ni de occidente, ni de la tierra, ni tampoco del mar (…)”.
A pesar de su popularidad en Occidente, lo cierto es que existen dudas acerca de la autoría de dicho gazal. De hecho, no aparece en los primeros manuscritos del Dīwān-i Šams-i Tabrīzī de Mawlānā Rūmī (q.a.s.), razón por la cual la mayoría de expertos no lo considera suyo. Así, por ejemplo, el eminente profesor iraní Badī’ az-Zamān Forūzānfar (m. 1970) no lo incluye en su edición persa, hoy obra de referencia insustituible. Tampoco la propia tradición mawlawī lo reconoce como tal, de ahí que no lo cite.
En realidad, quien recoge tal gazal es Reynold A. Nicholson, uno de los primeros y principales traductores de Mawlānā Rūmī (q.a.s.) al inglés, en su obra Selected Poems from the Divan-e Shams-e Tabrizi of Jalaluddin Rumi (1898). El gazal en cuestión es el número 31. Nicholson lo halló tan solo en uno de los manuscritos que manejó, manuscrito datado 170 años después de la muerte de Mawlānā Rūmī (q.a.s.), lo cual arroja muchas dudas acerca de su autoría real. Sea como fuere, la traducción al inglés de Nicholson, fiel absolutamente al original persa que él utilizó, ha servido de base a todas las versiones y adaptaciones que se han hecho posteriormente a las distintas lenguas occidentales.