Halil Bárcena, "Perlas sufíes. Saber y sabor de Mawlânâ Rûmî" (Herder, 2015).

«Es verdad que jamás un amante busca a su amado sin haber sido buscado antes por éste» (Mawlânâ Rûmî, Maznawî III, 4393. Traducción: Halil Bárcena).

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Bienvenidos al blog del "Institut d'Estudis Sufís" de Barcelona (Catalunya - España), un centro catalán e independiente, dedicado al estudio de la obra del sabio sufí Mawlânâ Rûmî (1207-1273) y el cultivo del sufismo mevleví por él inspirado, en nuestro ámbito cultural.

Aquí hallarán información puntual acerca de las actividades públicas (¡... las privadas son privadas!) que periódicamente realiza nuestro instituto. Dichas actividades públicas están abiertas a todo el mundo, ya que nadie ha encendido una luz para ocultarla bajo la cama, pero se reserva siempre el derecho de admisión, porque las perlas no están hechas para los cerdos.

Así mismo, hallarán en el blog diferentes textos y propuestas relacionados con el islam, el sufismo y la sabiduría tradicional. Es importante saber que nuestra propuesta sufí está enraizada en la sabiduría coránica y la
sunna muhammadiana, porque el sufismo es el corazón del islam, pero el islam es el corazón del sufismo.

El blog está pensado como una herramienta de trabajo para todos aquéllos que tienen un sincero interés por Mawlânâ Rûmî, en particular, y la senda del sufismo islámico, en general. Por ello, sus contenidos se renuevan puntualmente. Si se suscriben al blog podrán recibir información puntual sobre todas las novedades que se produzcan.

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lunes, 23 de mayo de 2011

La memoria de Ismail Dede


Ismail Dede Efendi,

entre la música y el sufismo



Nesrin Can








El gran compositor turco-otomano de la música sufí y, al mismo tiempo, gran derviche mevleví, İsmail Dede Efendi nació, el año 1778, en Estambul. Su padre era propietario de un hamam o baño turco en la antigua capital otomana, de ahí el nombre de 'Hammamizade' con el que es conocido el músico, cuyo significado es, justamente, 'hijo del dueño del hamam'. Ya de bien pequeño, en la escuela primaria, la belleza de su voz llamó la atención de sus profesores. Su primer profesor de música fue Uncuzade Mehmet Efendi, con quien se inició en los entresijos de la música sufí, a lo largo de siete años. Más tarde, al tiempo que empezó a trabajar en la delegación de contabilidad, comenzó a frecuentar el antiguo Mevlevihane de Yenikapı, uno de los lugares más importantes de reunión sufí mevleví de Estambul por aquel entonces. Fue allí donde tuvo la oportunidad de escuchar por primera vez a Alí Nutki Dede, unos de los grandes músicos de la época y, al mismo tiempo, maestro (shayj) de dicho mevlevihane, en el que el joven Ismail aprendió a tocar el ney, la célebre flauta derviche de caña que Mawlânâ Rûmî evoca en los primeros versos de su Masnaví.


En 1798, Hamamizade Ismail dejó su trabajo de contable e ingresó como residente en el mevlevihane, al objeto de cumplir su çile, consistente en un retiro de 1001 días, paso previo que los derviches mevlevíes cumplían antes de ser considerados miembros de dicha orden sufí. Podemos decir que la carrera musical de Ismail Dede Efendi empezó en dicha época de retiro. Fue entonces cuando compuso su primera pieza musical, cuya letra dice así:


"Zülfündedir benim baht-ı siyahım (Mi negro destino está en tu pelo)
Sende kaldı gece gündüz nigahım (Mis miradas viven en ti noche y día)
İncitirmiş meğer ki seni ahım (A menos que mis lamentos te hagan daño)
Seni sevdim, budur benim günahım (Te amaré, y sólo ese será mi pecado)".






Muy pronto, dicha composición alcanzó enorme fama en el ámbito de la música culta, hasta llegar a oídos del sultán Selim III, que era un gran amante de la música mevleví, al mismo tiempo que un destacado compositor él mismo. El sultán pidió permiso al shayj Alí Nutki Dede, bajo cuya instrucción se hallaba el joven derviche mevleví, para poder escuchar la composición directamente de İsmail Dede Efendi. Hoy, puede resultarnos un tanto extraño que todo un poderoso sultán de un vasto imperio, pidiera permiso a un sheyj mevleví para conocer a un joven derviche. Y es que en la cultura islámica tradicional el sabio ocupa un lugar preferente en la sociedad. Dice así un un conocido aforismo: "Los reyes gobiernan sobre la gente, pero los sabios están por encima de ellos". Todavía hoy en día, tanto en Turquía como en otros países islámicos los auténticos sabios ejercen una fuerza invisible sobre los políticos y la gente en general. El caso es que, a la postre, Shayj Alí Nutki Dede concedió su permiso a İsmail Dede Efendi para abandonar el retiro e interpretar su composición musical ante el sultán, quien pudo disfrutar del enorme talento musical del joven, al que, se cuenta, premió con una nada despreciable cantidad de oro. Se dice que de regreso al mevlevihane, a pesar del pco tiempo de que disponía, Ismail Dede Efendi acudió a visitar a su madre, a quien entregó el oro con que le había obsequiado el sultán. Poco antes de la llamada a la oración de la puesta del sol (magrib), el joven derviche entraba en el mevlevihane. De hecho, esa era la hora límite de regreso que tenía, y de haberla incumplido no hubiese sido admitido nuevamente. Los sabios están por encima de los reyes, pero aún por encima de aquéllos están las madres.


Tras cumplir su retiro de tres años (1), le concedieron el título de ‘Dede’, abuelo en persa, con el que antaño se distinguía el alto rango espiritual de un derviche en la senda sufí mevleví. En paralelo a su profunda vida espiritual, Ismail Dede Efendi desarrolló una destacada carrera musical, siendo el compositor favorito del palacio otomano. Todo cambiaría, no obstante, a partir del año 1839, en época del sultán Abdülmecid, cuando se dio paso en el palacio a la occidentalización de los gustos musicales, algo que incomodó a alguien como İsmail Dede Efendi, un derviche amante de la música mevleví. En dicho año de 1839, compuso en el más puro estilo mevleví el Ferahfeza Ayini (2), que aún hoy en día es una pieza utilizada en el samâ' mevleví, las ceremonias de música y danza de los derviches giróvagos seguidores de Mawlânâ Rûmî (m. 1273).









A partir de ese momento, la vida de Ismail Dede Efendi entraría en una época de inquietud e inestabilidad anímicas, a causa de la penetrante influencia occidental en los todos los ámbitos de la sociedad otomana que amenazaba con arrollar los gustos, fundamentalmente, artísticos y musicales propios. Y es que la época que le tocó en suerte vivir a nuestro hombre coincidió con la imaparable decadencia del Imperio otomano, algo que puede apreciarse en el aire melancólico de sus composiciones, tanto en las de carácter espiritual como en las profanas. A pesar de ser un compositor estrictamente mevleví, su música contiene rasgos de un romanticismo que no oculta, lo cual es, para algunos estudiosos, un signo de su espíritu inconformista y renovador de la tradición. Una de las principales características de la música de Ismail Dede Efendi es la sabia conjunción entre lo tradicional y lo nuevo. Por todo ello ocupa un lugar único, tal vez el más elevado, en la historia de la música tanto culta turca como mevleví. Un ejemplo del carácter innovador de su música puede apreciarse en la que sin duda es una de sus principales composiciones, el sharki "Yine bir Gülnihal (3)" ("De nuevo una Gülnihal robó mi corazón"), que fue compuesta a ritmo de vals europeo, para llamar la atención de los sultanes, fascinados por dicha música, y demostrarles que los compositores otomanos poseían un talento cuando menos similar al de los músicos europeos. Dice así la letra de la canción: "Otra vez una 'Gülnihal' robó mi corazón / Tiene la piel brillante como la plata / Sus labios son un capullo de rosa / Sus mejillas ardientes quemaron mi corazón / Es muy coqueta, a veces difícil / Es pequeña, es hermosa / No he visto jamás en nadie unos ojos / unas cejas, unas manos / un rostro tan atractivo / Cuando mira causa tristeza en el corazón del amante / Es hermosa y extraordinaria, siempre es un refugio" (4).


Pero, el ambiente tan pretencioso de la vida palaciega le sumía en la tristeza. Se dice que una noche vio en un sueño las notas del célebre ilâhi o canto devocional "Tala'a al-Badru 'alaynâ" ("La luna llena ha aparecido sobre nosotros") (5). A pesar de la importancia de dicho canto, los fieles musulmanes carecían de las notas musicales precisas para entonarlo. Después de dicho sueño tan importante y revelador, el viejo derviche mevleví decidió abandonarlo todo y viajar a La Meca y Medina, ciudades santas del islam, para cumplir con la peregrinación ritual.


Hamamizade Ismail Dede Efendi murió, el año 1846, en la ciudad de La Meca y su tumba está al lado de la de Jadiya, primera esposa de Muhammad, profeta del islam, detalle éste que viene a destacar el elevado rango espiritual de quien fue un notable derviche mevleví, además de un extraordinario músico y compositor.

Notas:
(1) Algunos afirman que no cumplió al completo su retiro, dado el interés especial que el sultán Selim III sentía por su arte musical, con lo que su maestro le permitió abandonar el mevlevihane antes de tiempo, aunque recibió el título de 'Dede'.
(2) Clikando aquí puede oírse un fragmento de dicha composición, a cargo del neyzen Halil Dikmen: http://www.youtube.com/watch?v=CwqUDsI-Itg
(3) Para oír dos versiones distintas de la canción, clikad aquí: http://www.youtube.com/watch?v=HRWhpHIlhi8&feature=related, http://www.youtube.com/watch?v=LwBAtTWVO2c&feature=related
(4) Se trata de un nombre de mujer, que significa 'árbol de rosa'.
(5) Es el canto de bienvenida con el que los ciudadanos de Medina recibieron al Profeta Muhammad, tras haber emigrado de La Meca, su ciudad natal.



Nesrin Can, nacida en Estambul, es licenciada en lengua y literatura españolas.


Lecturas recomendadas

  • Abbas Kiarostami, Compañero del viento (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2006).
  • José Antonio Antón Pacheco, Intersignos. Aspectos de Louis Massignon y Henry Corbin (Athenaica, 2015).
  • Khalili, Una asamblea de polillas (Mandala, 2012).
  • Masood Khalili, Los susurros de la guerra (Alianza, 2016).
  • Olga Fajardo (ed.), La experiencia contemplativa. En la mística, la filosofía y el arte (Kairós, 2017).
  • Seyed Ghahreman Safavi, Rumi's Spiritual Shi'ism (London Academy of Iranian Studies, 2008).
  • Shams de Tabriz, La quête du Joyau. Paroles inouïes de Shams, maître de Jalâl al-din Rûmi. Trad. Charles-Henry de Fouchécour (CERF, 2017).
  • Tom Cheetham, El mundo como icono. Henry Corbin ya la función angélica de los seres, (Atalanta, 2018).

¡Ah... min al-'Eshq!

"A nosotros que, sin copa ni vino,
estamos contentos.
A nosotros que, despreciados o alabados,
estamos contentos.
A nosotros nos preguntan: “¿En qué acabaréis?”.
A nosotros que, sin acabar en nada,
estamos contentos"

Mawlānā Ŷalāl al-Dīn Rūmī

¡... del movimiento a la quietud!

... de la palabra al silencio !!!

"Queda mucho por decir,
pero será Él quien te lo diga
para que lo entiendas, no yo"

Mawlânâ Yalâl al-Dîn Rûmî (m. 1273)