1
Carta
I.
Mi silbido en la timonera,
Mi canto en la cubierta lluviosa
Son pretextos para acercarme a ti
Y no para olvidarte amor mío.
Sólo contigo se comprenden
Las mentiras que enseñan a la humanidad
Sólo contigo se comprende
El vacío de todo
Contigo están las copas llenas
Contigo el vino bendito
Contigo echan humo los cigarrillos
Contigo se enciende el fuego
Contigo se comen los manjares.
II.
Prefiero callar si no se habla de ti
Isla de Kinali, barco, mar, delfín
Son pretextos para hablar de ti.
¿Por qué el cielo no era cielo hasta hoy?
¿Por qué ha sido así?
¿Por qué me gustaban los libros?
En esta ciudad los dos respiramos a la vez,
Si no, ¿para qué serviría esta ciudad solitaria?
Sé que has nacido aquí.
Si no, ¿acaso me gustarían los alminares,
La mezquita de Solimán
Siendo tú cristiana?
3
Pasadas las diez de la noche, alguien contempla los barcos y las luces, y
sonríe.
¡Ay! Si le compraran un billete, sería tan fácil dar la vuelta al mundo;
El que está a su lado desea ir, pero no piensa ir,
Para él todo es mentira, fantasía y melancolía.
Los que deambulan buscando un amigo
Deben apartarse de él…
No es posible hacer amigos en el Puente;
Desde el Puente sólo se contempla.
4
Gacela marina
¿De dónde me viene esta alegría?
De mirarte hijo mío:
De los azules, de los almendros, del croar de las ranas en los estanques
desolados
Soy tu hermosura
El corazón de oro del mozo del muelle…
Del sol llegará una mañana
-el viento a las profundas penas-
Peras de invierno de su botalón colgadas
Jugosos membrillos de su batayola
Tormentas envueltas en sus sucias velas
En sus melones la tranquilidad y la paz
Dichosas orillas en sus sogas
Una gacela marina.
Sait Faik Abasıyanık, Tiempo de
amar, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 1990

Sait Faik Abasıyanık (Adapazari -Anatolia-, 1906-Estambul, 1954). Destacado cuentista y poeta turco, dijo de sí mismo en una entrevista: "Durante mi niñez y mi primera juventud estaba decidido a no ser nada, y no a ser algo. Creo que he cumplido con mi promesa, por mucho que digan que soy conocido". Su itinerario está marcado por inicios y abandonos de estudios y trabajos y por el contacto con elementos que serán clave en su mundo literario (la ciudad de Estambul, los pescadores, los niños vagabundos, la naturaleza, la gente humilde de los barrios bajos…). Tras un tiempo de retiro en la isla de Burgaz, próxima a Estambul, donde renuncia a toda ambición literaria, cuenta que un día "fui corriendo al estanco y compré papel y lápiz... Afilé el lápiz y lo besé. Si no escribía me iba a volver loco". Y así escribió numerosos libros de cuentos (Hombre inútil (1948), Café de barrio (1950), Una nube en el cielo (1951), La compañía (1951), En la fuente (1951), Los últimos pájaros (1952), etc.), a los que hay que añadir cinco compilaciones de escritos diversos, traducciones y adaptaciones y su único libro de poesía, Tiempo de amar (1953), del cual seleccionamos aquí algunos poemas.
(Sección coordinada por Pepa Torras i Virgili)