martes, 29 de julio de 2008

Verdad incómoda


"Nadie puede jactarse de haber llegado
a la verdad si no ha sido tratado
como un hereje por mil personas respetables"

Al-Yunayd (m. 910)





Comentario:

Si los que hablan mal del derviche, los que le censuran y vilipendian, supieran mínimamente qué es lo que en realidad proclama, cuál es su verdadera enseñanza y en qué radica su saber, aún hablarían de él mil veces mil peor. Lo condenan aun sin entenderlo, ¡imagínense si lo entendieran! Los vericuetos de la senda interior transitan por geografías inimaginables, con lo que de nada sirve planificar o prever, algo que a los religiosos bienpensantes y bien creyentes, a los hombres de orden, en general, les produce pavor, acostumbrados como están a lo seguro y previsible. Quien crea que se ha de creer, anda errado, puesto que la senda interior, justamente, libera de toda creencia que otorgue seguridad o que someta el sentir y el pensar. El derviche es, pues, un buscador intrépido y valiente, cuya indagación le lleva a huir de los caminos trillados, sabedor como es que en la senda espiritual se avanza de novedad en novedad, de perplejidad en perplejidad, de asombro en asombro. Que no dé nada por sentado, que cuestione lo tradicionalmente incuestionado, le convierte al derviche en una persona incómoda, en un peligro para el orden establecido. De ahí el empeño de quienes tratan con denuedo de amordazarlo. Halil Bárcena