martes, 15 de julio de 2008

Un tesoro


"Te has dormido sediento a orillas del mar.
Te has muerto de indigencia sobre un tesoro"


Mawlânâ Rûmî (m. 1273)








Comentario:

Andan las atribuladas gentes de hoy, de aquí para allá, dando tumbos, o como mucho palos de ciego, tratando de hallar soluciones a los problemas que plantea una contemporaneidad caracterizada por el empobrecimiento de lo que hay de más profundamente humano -sagrado incluso- en el hombre. Lo más paradójico de todo, sin embargo, es que mientras buscan fuera o inventan de la nada, con más voluntatd que talento, ignoran el tesoro de sabiduría práctica acumulado durante siglos por las distintas tradiciones de sabiduría de la humanidad. El deber del derviche, su responsabilidad cívica y espiritual ante los demás, pasa hoy por restituir lo esencial de dicho tesoro, su valor intrínseco, más allá de las formas religiosas con las que fue revestido en el pasado. No podemos seguir creyendo ya como lo hicieron nuestros padres, ni tampoco es conveniente que así lo hagamos. Nuestro pensar y sentir, sin ser mejor o peor que el de ellos, es otro. De ahí que, en las actuales circunstancias, la aproximación al tesoro de las tradiciones deba ser imperiosamente laica, sin sumisiones a creencias, religiones o dioses. El derviche de hoy, así pues, no propone ninguna religión de sustitución, ni que nadie se convierta a nada. El derviche únicamente da noticia de la existencia de un tesoro espiritual de valor incalculable y ofrece la posibilidad de vivirlo hasta sus últimas consecuencias, pero sin tener que someterse a él. Halil Bárcena