lunes, 30 de junio de 2008

Del verdadero guía


"No existe nadie que muestre la vía hacia Dios sino Dios mismo. Ningún ser creado es capaz de conducir a nadie hacia Él"


Dâtâ Ganj Bajsh Hujwîrî (m. 1077)







Comentario:

La presencia del maestro sufí puede desencadenar por sí sola el interés por un camino interior que, siendo sinceros, no se puede enseñar sino como mucho contagiar. Así, el maestro no enseña, y menos aún adoctrina, sino que contagia. Hay cosas que, pese a conocerlas por haberlas vivido en propia carne, el maestro no las puede enseñar, siendo la propia persona quien puede (y ha de) descubrir por sí misma. Por eso, el derviche es plenamente consciente de que, a fin de cuentas, quien en verdad guía en la senda es el misterio del propio camino, eso que simbólicamente ha sido designado con el nombre de Dios. No es, pues, el maestro quien guía en la senda sino Dios mismo, que habla desde dentro de uno como si de una voz interior se tratara. La más noble tarea del maestro sufí es, por consiguiente, despertar en el caminante la capacidad de oír dicha voz interior, sutil como un trino y leve como el susurro chispeante del agua, que desde el corazón vaciado conduce e ilumina. Halil Bárcena