martes, 12 de mayo de 2020

Rūmī y Coleman Barks, Hasnat Khan y Lady Di.

Mawlānā Rūmī y Coleman Barks, 

Hasnat Khan y Lady Di


Halil Bárcena

foto de Halil Bárcena.
Recientemente, vi en la televisión, a instancias de un amigo (por amistad, ¡se hace cada cosa!), el film "Diana" (2013), 'biopic' dirigido por Oliver Hirschbiegel sobre los dos últimos años de la vida de la princesa Diana de Gales. Por aquel entonces, 'la princesa del pueblo' mantenía una relación sentimental con un sencillo cirujano de origen pakistaní, Hasnat Khan, quien, abrumado por la popularidad de la princesa y aconsejado por su familia, decidió cortar la relación, a pesar de estar enamorado de ella.
Pues bien, en un par de pasajes del film aparece la poesía de Mawlānā Rūmī como protagonista, lo cual me hizo comprender con alivio la recomendación de mi amigo. En uno de ellos, hacia las postrimerías del film, un afectado Hasnat Khan deposita unas flores y un poema junto a la verja de la residencia de Diana, tras el accidente mortal sufrido por la princesa, el 31 de agosto de 1997. El poema pertenece a Mawlānā y dice así:
"En algún lugar, 
más allá del bien y del mal, 
hay un jardín.
Me reuniré contigo allí".

Dichos versos, que han alcanzado una notable popularidad en Estados Unidos -sobre todo son leídos en bodas y funerales-, aparecen recogidos en el libro The Essential Rumi (1995), todo un best-seller en su país, firmado por Coleman Barks, famoso por sus particulares versiones libres de la poesía de Mawlānā. El libro, traducido posteriormente a numerosas lenguas, entre ellas el castellano, ha alcanzado un notable éxito de ventas en todo el mundo y sus poemas circulan por las redes sociales de forma abrumadora.
El poema que aquí nos ocupa es, en realidad, una versión muy libre del rubā'ī o cuarteta número 395, incluido en el Dīwān-i Šams-i Tabrīzī, libro en el que se recogen todas las odas místicas de Mawlānā Rūmī, que suman miles y miles de versos. Doy, a continuación, mi propia traducción, lo más literal posible, aunque con ello el poema pierda una cierta cualidad estética, imposible de trasladar, de todos modos, a otra lengua:
"Más allá del islam y la increencia,
existe un lugar en el que poder experimentar el éxtasis.
Cuando los enamorados de Dios lo alcanzan, se postran en él,
pues está más allá del islam, de la increencia e incluso de todo lugar".