miércoles, 11 de mayo de 2016

Schuon y el hatha-yoga

Sobre el hatha-yoga
Práctica tradicional e impostura occidental

Frithjof Schuon


Me dice usted en su carta que ha practicado el hatha yoga; pues bien, para practicarlo sin peligro y con fruto es necesario tener un maestro hindú ortodoxo, y para tener acceso a un maestro hindú, hay que ser hindú de nacimiento y pertenecer a una casta superior; es preciso, además, cumplir las condiciones rituales y morales que el yoga exige. O sea que los métodos hindúes son inaccesibles a alguien que no es hindú, cosa que saben evidentemente los brahmanes ortodoxos, pero que ignoran -o quieren ignorar- los hindúes poco competentes que buscan discípulos en Occidente. Ello no quita que ciertos ejercicios yóguicos elementales, practicados con una intención simplemente física y sin exageración, puedan hacer bien, casi accidentalmente y sin que haya en ello ninguna garantía; pero eso carece de interés desde el punto de vista espiritual. De forma general, hay que abstenerse de toda improvisación o experimentación en el ámbito de la espiritualidad; es preciso, a priori, someterse a las reglas, suponiendo que el método del que derivan sea accesible para nosotros; tal es el caso en principio para el islam y el budismo, pero no para el hinduismo.

(Frithjof Schuon, Cartas de un maestro espiritual, J. J. de Olañeta, editor, Palma de Mallorca, 2015, pp. 215-216).