martes, 17 de julio de 2012

Libros: 'La prière en islam'


La prière en islam
Eva de Vitray-Méyérovitch
Éditions Albin Michel, París, 2003


Leili Castella




“¿Existe un camino más corto que la oración, preguntó alguien, para acercarse a Dios? – Siempre la oración, respondió [Mawlânâ Rûmî]. Pero la oración no es sólo esta forma exterior. Eso es el 'cuerpo' de la oración; la plegaria formal implica un principio y un final. Pero el alma de la oración es incondicionada e infinita y no tiene principio ni final” [1]. Precisamente, a la oración dedica Eva de Vitray-Méyérovitch, reputadísima islamóloga francesa del siglo XX y, por cierto, exquisita traductora del poeta y místico persa Mawlânâ Rûmî (m. 1273), su breve y a la vez profundo libro La priére en islam, en el que nos presenta una síntesis concisa y a la vez erudita sobre la oración islámica o salât (namâz en persa, expresión más utilizada en el islam oriental).

Siendo el salât  uno de los cinco pilares del islam, Vitray-Méyérovitch empieza por enraizarlo en el contexto de la revelación coránica, no en vano la plegaria es considerada por los musulmanes como un don de Dios a los hombres, concedido al profeta Muhammad para su comunidad, en el transcurso de la noche de su ascensión o mi’râj, en la que el profeta del islam accedió a la presencia divina (Corán 17, 1). Eva de Vitray pasa después a describir los distintos componentes de la oración y dibuja progresivamente sus diferentes cualidades, como su dimensión comunitaria, o el hecho crucial de que el respeto a las obligaciones y ritos prescritos por el islam, entre ellos la oración, en ningún caso permite obviar la presencia de la reflexión y de la inteligencia. Nos recuerda la autora, efectivamente, que cualquier conformismo o sumisión ciega a una autoridad en materia religiosa están prohibidos por el islam. “La fe", explica la autora, "ha sido definida en más de una ocasión por los pensadores musulmanes como la adhesión a aquello que ha sido revelado con la plena libertad de la inteligencia y del corazón. El Corán apela constantemente a la reflexión, a la observación”.  Y cita la autora estas palabras del gran filósofo y poeta indo-pakistaní Muhammad Iqbal: "La finalidad del Corán, en esta invitación a la observación reflexionada de la naturaleza, es despertar en el hombre la conciencia de aquello de lo que la naturaleza es considerada símbolo”.

Es a esta realidad única a la que señala el símbolo, a este absoluto más grande que todo cuanto uno pueda concebir, a lo que ha de (re)ligarse cualquier manifestación de nuestra existencia: cada acto del ser humano ha de dar testimonio de ello, y por tanto ser plegaria. Vivir en la presencia y recuerdo (dhikr) constantes de Él; esto es islâm. Por ello el libro que en estas líneas reseñamos empieza así: “¿Qué es el Islam? Una sola palabra bastaría para responder: la oración. A condición de entenderla, más allá de los actos cultuales, como un compromiso total del ser humano. Y éste es precisamente el significado del término islâm, que proviene del verbo aslama: entregarse, abandonarse (a Al·lâh).”

Notas: 
(1) Rûmî, Fihi-ma-fihi. Paidós, Barcelona, p. 36.


Leili Castella es licenciada en derecho y pianista. Rebâbista del grupo 'Ushâq, es coordinadora del Institut d'Estudis Sufís y directora de la escuela de música 'Baraka, música con alma'.