El arte poético
de Mawlânâ Rûmî
Halil Bárcena
El de Mawlânâ Rûmî (m. 1273) es un arte poético de la insinuación,
expresamente ambiguo, en el que nada se define, limita o acota de una vez por
todas, sino que todo se apunta y sugiere, todo permanece abierto, nada posee
una sola lectura. Se diría, por momentos, que pretende sorprender al
interlocutor mediante expresiones que, a la manera del ko’an japonés, persiguen confundir las facultades lógicas y
producir así una comprensión no lógica del sentido real de las palabras
pronunciadas o del estado o la etapa mística en cuestión.
Así pues, mediante giros y cabriolas verbales,
llevando cada palabra al límite de sí misma, persigue el poeta sufí mostrar no
ya las palabras ocultas en las palabras, ni tampoco su intimidad o sus voces
subterráneas, sino el silencio inefable del que éstas brotan y al que
irremisiblemente remiten, consciente de que las palabras se quedan en la
orilla, como acostumbran a mencionar los propios sufíes. Y es que resulta que
el lenguaje, la palabra en suma, es tanto una jaula como una trampa, cuando se
trata de decir y predicar la experiencia íntima, silenciosa, inefable, de Dios.
El lenguaje discursivo encuentra sus topes, toda su propia futilidad, y es
entonces cuando calla, cuando se silencia. En cierto modo, la música hace acto
de presencia, justamente, para decir, o al menos insinuar, lo que la palabra es
incapaz de verbalizar. La música comporta una relación de carácter auditivo con
el ámbito nouménico, con una armonía suprasensible y supraaudible. El oído
atento del místico sufí tiene noticia a través de las melodías musicales de un
algo más escondido, substancial y silencioso.