miércoles, 23 de noviembre de 2011

'Muqâbala', danzar con el ser



'Muqâbala', danzar con el ser




Halil Bárcena






Muqâbala, que en árabe significa ‘encuentro’, es el nombre técnico que recibe la danza derviche del giro, corazón del samâ’, la liturgia específica de los derviches giróvagos mevlevíes, los seguidores de la senda interior sufí trazada por Mawlânâ Rûmî (m. 1273), caracterizada por el uso de la música y la danza como métodos de transformación interior. Dada su indudable plasticidad, el giro derviche constituye la parte más atractiva y sugerente de la enseñanza mevleví. Los primeros viajeros occidentales por tierras del islam quedaron fascinados con la danza de los derviches. El año 1910, tras contemplarlos en El Cairo, Rainer María Rilke escribió lo siguiente sobre su forma de danzar: “Es el auténtico misterio de la postración de la persona que se arrodilla desde dentro”. Con ser importante, sin embargo, la muqâbala es una parte, sólo una parte, de la enseñanza sufí de Mawlânâ, que es mucho más global y totalizadora -tiene su significado como un todo-, abarcando al conjunto del ser humano y sus relaciones con el mundo y la divinidad. Tanto la danza giratoria en sí como los distintos ejercicios de preparación que la hacen posible constituyen una plasmación plástica de dicha enseñanza espiritual, a través de un lenguaje corporal en el que cada gesto, cada posición y cada secuencia rítmica poseen una significación específica. Por consiguiente, no puede comprenderse la muqâbala mevleví desgajada de la enseñanza sufí de Mawlânâ. Resulta aberrante reducir el sufismo a un simple dar vueltas; eso sería -y en algunos casos lo es- una forma vacía de toda significación. De ahí que sea prácticamente imposible acercarse a la práctica de la muqâbala sin antes haber modificado nuestra forma de pensar ordinaria, también en lo referente a las ideas preconcebidas acerca de lo que debe ser la espiritualidad.

El sentido subyacente de la muqâbala es la transformación del conocimiento en poder. A eso Frithjot Schuon le llamaba ‘tener un centro’, que entre otras cosas significa también una nueva conformación de la estructura corporal, a partir del omphalos, el hara de los japoneses, verdadero centro vital del hombre, que exprese el pleno vaciamiento humano y su entrega confiada a la divinidad. El aprendizaje de la muqâbala, que se ha de efectuar con el máximo rigor y precisión, ya que sin exactitud el trabajo deviene superficial, exige la participación incondicional de todo el ser, una presencia total que supone la intensificación de la atención. Sólo así es posible ponerse en disposición de recibir una fuerza vital, baraka la llaman los sufíes, que ha de tener su propia vida en el practicante.






Tres son los instantes que definen el aprendizaje y la práctica de la muqâbala, coincidentes con tres estados distintos y progresivos del ser. Hay un 'tiempo para hacer', un 'tiempo para estar' y un 'tiempo para ser'. ‘Hacer’ aquí tiene que ver con el aprendizaje riguroso y preciso de la técnica en sí y de su conocimiento intrínseco, que debe ser descifrado correctamente, lo cual exige el acompañamiento de un guía competente; esto no se puede hacer solo. En dicho instante inicial es preciso cultivar un tipo de atención, primero, y presencia, después, que sea más poderosa que el propio automatismo; de otro modo la propia nafs o ‘yo fenoménico’, el ego vulgar, es el que ejecuta los movimientos. ‘Estar’, por su parte, comporta transcender la forma, teniendo en cuenta que sólo se puede transcender lo que se ha integrado. Y, por último, ‘ser’, que significa sentirse partícipe de algo más grande que nosotros mismos y nuestra ínfima individualidad. Y es que el derviche giróvago participa en la vida, se siente ser en ella, a través de la danza del giro. Esa es su manera de existir, ese es su modo de confiar.



Aquí tienen algunos ejemplos de 'muqâbala', a cargo del Hamza Shakur y el Ensemble al-Kindi con los Derviches de Damasco:



http://www.youtube.com/watch?v=lFIQMM8bZQk&f


http://www.youtube.com/watch?v=1Jl4Di-BL90&feature=related