lunes, 19 de septiembre de 2011

Rûmî y la cocina

Rûmî y la cocina



Nesrin Cân





La obra de Mawlânâ Rûmî (m. 1273) está repleta de imágenes simbólicas, a través de las cuales despliega su filosofía mística. Una de dichas imágenes es la cocina y todo lo que tiene que ver con las artes culinarias. Así resume, por ejemplo, su propia trayectoria vital: "El resumen de mi vida es que estaba crudo, me cocí y al final me quemé". El gusto de Mawlânâ por la cocina impregnó todo el sufismo mevleví posterior a él. En efecto, la educación de todo derviche mevleví daba comienzo en la cocina. Quien aspiraba a seguir la vía sufí de Mawlânâ era invitado a permanecer en la cocina durante tres días, a fin de observar el estilo de trabajo en equipo que se daba dentro de una jânaqa mevleví. Y es que, como afirman algunos derviches, las cocinas no eran lugares para charlar y tomar café ociosamente, sino lugares centrales del trabajo interior. Cuando murió Ateş Baz-i Veli, cocinero de Mawlânâ y sus derviches, le construyeron una tumba, que aún hoy puede visitarse a las afueras de la ciudad turca de Konya, con los colores del fuego, lo cual, insisto, muestra la importancia no sólo de la cocina sino de lo culinario en general, para los mevlevíes del siglo XIII, algo que ha perdurado hasta nuestros días. Quien no sabe de fogones, poco entiende de sufismo.

Al mismo tiempo, la cultura sufí mevleví nos ha legado muchísima información escrita sobre recetas culinarias, las propiedades de ciertos platos y alimentos, así como sobre el diseño de una mesa bien puesta y la estética general de la cocina, algo que aún pervive, especialmente, en la ciudad de Konya, en el corazón de la Anatolia turca, y en la deliciosa cocina turca de nuestros días. Es importante lo que se come, pero también cómo y con quién se come. Todo ello forma parte del adab o saber estar del derviche en cada momento y situación, sobre lo que tanto insisten Mawlânâ y los derviches que siguen su camino.


Nesrin Cân es licenciada turca en lengua y literatura españolas.