sábado, 29 de noviembre de 2008

Liberarse de uno mismo


"Si pudieses liberarte,
por una vez, de ti mismo,
el secreto de los secretos se abriría ante ti.
El rostro de lo desconocido,
oculto más allá del universo,
aparecería en el espejo de tu percepción"

Mawlânâ Rûmî (m. 1273)



Comentario:

Vivimos en la cárcel de nuestro ego o nafs, si bien no todo el mundo es plenamente consciente de ello. En algunos casos, se trata de una cárcel dorada, pero no por ello deja de ser eso, una prisión. Abrillantar el ego, embellecerlo, es, ya lo decía el gran maestro de derviches Bahâ' al-Dîn Naqshaband (m. 1390), como perfumar un escorpión. Para el hombre común, la realidad es lo que cabe en su estrecha mirada, pero eso no es todo lo que hay y existe. Según los derviches, sólo cuando se es capaz de liberarse de la tiranía del ego, a través de su silenciamiento -fanâ denominan a dicho proceso-, cuando se despierta del sueño al que aquél nos somete, mediante el cultivo de la presencia, el recuerdo y la actualización de lo que verdaderamente uno es, sólo entonces se puede afirmar que se está realmente vivo y en estrecha conectividad con la totalidad de cuanto existe. Poseer consciencia, pues, es saberse reflejo y testimonio de la inmensa maravilla y misterio que es la vida. Halil Bárcena