viernes, 10 de octubre de 2008

El silencio es la senda



"La palabra es un río, pero el silencio es un océano"

Mawlânâ Rûmî (1207-1273)






Comentario:

No es el derviche muy amigo que digamos de mapas o similares. Y es que su caminar no discurre por rutas ya trazadas previamente, señalizadas al detalle en un papel. La senda interior, que no es sino la tarea de convertirse en un ser profunda y cualitativamente humano, eso que los clásicos del sufismo llamaron tiempo atrás al-insân al-kâmil, el hombre universal, constituye una aventura que como la obra artística avanza de novedad en novedad. El derviche crea a cada instante su camino, lo cual implica no andar sobre seguro y estar siempre en situación de riesgo. Pero es que ya se sabe, la senda sufí constituye un reto no apto ni para apocados ni para timoratos. Por consiguiente, el derviche gusta más de brújulas que de mapas. En ese sentido, cabe decir que la palabra, el discurso en suma, constituye para él un río de cauce previsible y predecible, mientras que el silencio, que significa acallar los modelos interpretativos de la realidad, es un océano sin límite que todo lo desborda y puede. Adentrarse en él, como el derviche hace, supone asumir el peligro de ahogarse. Pero, ¿qué otro destino le aguarda a quien sabe que no hay más vida que la que se vive a todas? Halil Bárcena