jueves, 24 de julio de 2008

Más allá del ego


"Si el conocimiento no te arranca de tu ego,
la ignorancia vale más que ese conocimiento"


Hakîm Sanâ'í (m. 1131)




Comentario:

Para el derviche, el único conocimiento que cuenta, el único que merece ser llamado como tal, es el que le libera a uno de sí mismo, de las cadenas del yo fenoménico que lo atan. Ese es el conocimiento que persigue el derviche, y no otro. Porque el conocimiento real no es un añadido intelectual, ni una filigrana mental, ni un mero apunte decorativo. El conocimiento no es para hacer bonito. El conocimiento, ma'arifa en el lenguaje técnico sufí, es esa luz que ilumina tu propia oscuridad, el golpe -a veces es caricia- que te despierta del sueño del ego en el que vives. El conocimiento verdadero te da de bruces con la realidad real y te susurra al oído -a veces te grita:- ¡Tú no eres eso! Se dice de alguien, a veces, que es inteligente, aunque es orgulloso. ¡Falso! Quien sabe, el hombre de conocimiento, no es jamás orgulloso. Quien tanto se considera a sí mismo es, antes que nada, un necio. Bien mirado, el ser humano tiene muy pocos motivos para sentirse orgulloso de sí mismo. Halil Bárcena