La dulzura de Samarqanda,
según Mawlānā Rūmī
Halil Bárcena
A los poetas musulmanes persas del pasado les gustaban sobremanera los juegos lingüísticos, especialmente los basados tanto en la paronimia como sobre todo en la homonimia -homografía y homofonía- de algunas palabras. Para ellos, por ejemplo, Qandahar simbolizaba la dulzura, ya que dicha ciudad hoy afgana contiene en su nombre la palabra persa qand (قند), que significa "azúcar".
En ese sentido, Mawlānā Rūmī (q.a.s.) constituye una excepción. Para él, no será Qandahar sino la ciudad hoy uzbeka de Samarqanda, que también contiene el persa qand (قند) en su nombre, "la ciudad del azúcar", esto es, la ciudad por antonomasia de la belleza, tal como refiere en su Maznawī (III, 3863). Y es que Samarqanda, la bella Samarqanda, ciudad que visitó en su infancia junto a su familia, dejó una huella indeleble en él. Y eso que el verdadero esplendor de la ciudad llegaría más tarde, en los siglos XIV y XV, en tiempos de Amīr Tīmūr.