miércoles, 2 de diciembre de 2015

De la vejez

La vejez

Frithjof Schuon


Hay muchos hombres que envejecen mal, pues arrastran consigo la psicología de una edad pasada. Si a los cincuenta hay que enterrarse un poco, más todavía hay que hacerlo a los sesenta. Es como si se hiciera, a título personal, un nuevo pacto con Dios. Lo que se impone de forma absoluta es estar contentos de nuestra condición.
Toda edad tiene sus ventajas; desde cierto punto de vista, los ancianos son de envidiar; su estado simplifica muchas cosas; les basta vivir en Dios hasta el fin; pueden estar seguros de que Dios no les pide más. Tradicionalmente, la vejez es una bendición.
A menudo, en la oración, la gracia viene a partir del momento en que uno se resigna gozosamente a la sequedad. Si algo le hace daño, dé gracias a Dios, es el mejor medio de salir de ello.


(Frithjof Schuon, Cartas de un maestro espiritual, J. J. de Olañeta editor, Palma de Mallorca, 2015, p. 140).