Cervantes
y el almirante turco
Kılıç Ali Paşa, una
curiosa amistad
Halil
Bárcena
Recientemente, se han encontrado en la
iglesia de las Trinitarias de Madrid algunos fragmentos de huesos que muy
probablemente pertenecerían al cuerpo de Miguel de Cervantes Saavadra
(1547-1616), autor del célebre Don
Quijote de La Mancha, cumbre de las letras españolas y uno de los grandes
hitos de la literatura universal. Sin duda, dicho hallazgo ha avivado el
interés por conocer mejor la azarosa vida de Cervantes, que aún hoy presenta
muchos puntos oscuros.
Uno de los episodios
menos conocidos, me temo que tanto en España como en Turquía, es la supuesta estancia
de Cervantes en Istanbul y su particular relación con Kılıç Ali Paşa, fascinante
hombre de mar que da nombre a una de las mezquitas más bellas construidas por
el genio de la arquitectura otomana, Mimar Sinan (1490-1588), en el barrio
istanbulí de Tophane, a orillas del Bósforo; mezquita vinculada, supuestamente,
a Cervantes, como veremos más tarde. Pero, veamos los hechos paso a paso.
Kılıç Ali Paşa (1519-1587)
nació en la población de Le Castella, en la región italiana de Calabria, con el
nombre de Giovanni Dionigi Galeni. Hijo del marinero Birno Galeni, fue hecho
prisionero tras una incursión llevada a cabo por corsarios procedentes del
Norte de África, muy frecuentes por aquel entonces, convirtiéndose al islam al
poco tiempo y cambiando su nombre por el de Uluç Ali, primero, y Kılıç Ali, más
tarde. Llegó a ser un marino de éxito, al servicio siempre del poder otomano.
Conquistó el actual
Túnez, fue beylerbey, esto es,
gobernador de Argel y el sultán Kanunî Süleyman le nombró gran almirante. Como
tal, participó en la batalla naval de Lepanto, İnebahtı en turco, que tuvo
lugar el 7 de octubre de 1571, entre la armada del Imperio otomano y una coalición
católica en la que participaron coaligados el reino de España, las repúblicas
de Génova y Venecia y los Estados Pontificios. Kılıç Ali comandó el ala
izquierda de la flota otomana, la única que regresó intacta a Constantinopla. Ese
mismo año de la derrota otomana, el sultán Selim II, hijo de Kanunî Süleyman,
le nombró Kaptan Paşa, es decir, comandante en jefe de la marina imperial otomana.
En dicha batalla
participó Miguel de Cervantes, que resultó herido y perdió la movilidad de su
mano izquierda, lo que le valió el sobrenombre de “manco de Lepanto”. Kılıç Ali conoció personalmente al escritor
español en su presidio argelino, y se hicieron, dicen, grandes amigos, hasta el
punto de que Cervantes narró las peripecias de la vida del marino osmanlí en su
célebre Don Quijote de La Mancha. En
efecto, el personaje llamado Uchalí, que aparece en el capítulo 39 de la
primera parte del libro, de claros rasgos autobiográficos, no es otro que nuestro
Kılıç Ali, a quien el escritor español describe en el libro como un hombre “atrevido y venturoso corsario”.
Una vez retirado en
Constantinopla, más tarde Istanbul, Kılıç Ali Paşa encargó al célebre
arquitecto Mimar Sinan la construcción de la mezquita que lleva su nombre, Kılıç Ali Paşa Camii en turco, a la que
hacíamos referencia al inicio de este texto. Pues bien, según las averiguaciones
llevadas a cabo por investigadores turcos en los archivos de dicha mezquita,
entre la lista de los trabajadores que, entre los 1578 y 1580, participaron en
la construcción del templo religioso y el hamam
o baño turco aledaño, figura un tal Cervantes, que, quién sabe, muy bien
podría tratarse del autor del Quijote, lo
que vendría a confirmar la curiosa amistad que unió a ambos personajes.
[Artículo publicado originalmente en turco en la revista turca de literatura Yedi Iklim nº 307, octubre 2015].