martes, 23 de diciembre de 2014

Jesús y el 'ney', según Rûmî

Jesús y el ney



“Que nada quede dentro de ti. Estate vacío; 
convierte tus labios en labios del ney [flauta sufí de caña]. 
Cuando como un ney te llenes de Su aliento, 
entonces probarás la dulzura. La dulzura está oculta 
en el aliento que llena el ney. 
Sé como [la Virgen] María; 
gracias a ese dulce aliento un niño creció en ella”.


Mawlânâ Rûmî (m. 1273)