Nomadismo, aristocracia y Futuwwah
Titus Burckhardt

"Existen afinidades entre lo
nómada y la caballería, que en primer lugar son de función, pues los
conquistadores nómadas suelen formar la aristocracia guerrera de los pueblos
sometidos, y en segundo lugar y más profundamente, de casta, por así decirlo,
ya que un caballero auténtico siempre tiene tendencias nómadas, así como un
nómada aprecia las virtudes caballerescas. Advirtamos, empero, que no hay en el
islam castas instituidas, a no ser que demos esta consideración al rango que en
el plano social se les reconoce a los descendientes del profeta Muhammad. Mas
éstos no ostentan privilegio alguno que se traduzca en funciones temporales o
espirituales; constituyen sencillamente una 'élite' virtual. Si bien las castas
no existen en cuanto instituciones, sin embargo existen en cuanto dotes
naturales, y sólo se puede alcanzar el equilibrio colectivo en la medida en que
aquéllas coincidan con las funciones que los individuos tienen en la realidad. ahora
bien: las dotes están necesariamente relacionadas con la herencia, ley ésta que
el pensamiento islámico nunca ha dejado de reconocer.
La aristocracia de hecho,
por tanto, siempre ha sido reconocida como tal. Desde otro punto de vista, el
islam medieval reconoció las órdenes de caballería, incluso antes de que
órdenes análogas se establecieran en el mundo de la cristiandad, ya que la ley
coránica de la guerra santa [yihâd] proporciona el marco de la actividad
espiritual que pone el acento en el heroísmo, la nobleza del alma y la
abnegación; el vocablo Futuwwah, que define a estas órdenes, implica todas
aquellas cualidades determinantes".
(Titus Burckhardt, El arte del
islam, J. J. de Olañeta, Palma de Mallorca, 1988, p. 97).
Fuente: Círculo de Oriente.