El derviche... ¡teóloco!

Un derviche fue preguntado una vez si era un teólogo, a lo que respondió:
- ¿Teólogo yo? De ser algo creo que más bien lo que yo soy es un... "teóloco"!
Dios no es para el derviche ni un objeto de estudio, como lo es para el teólogo, ni tampoco un objeto de culto, como lo es para el piadoso religioso. Para el derviche, Dios es lo único real que se muestra a través de la belleza de todo cuanto existe y que no exige ni tesis ni ciegas sumisiones, sino entrega libre y confiada, justo como el amor más loco y apasionado, que no sabe de intereses ni cálculos.
Halil Bárcena