miércoles, 22 de diciembre de 2010

Jafar Panahi, condenado



En defensa de Jafar Panahi



Halil Bárcena






Uno de los cines más creativos e innovadores que se está haciendo en el mundo, desde hace ya unos cuantos lustros, es el iraní; y ello a pesar de las condiciones tan adversas impuestas por un régimen de religiosos iluminados empecinados en hacer la vida imposible a un pueblo culto y de fértil profundidad histórica que, sin duda, se merecería algo mucho mejor. Pero eso es lo que ocurre cuando los religiosos pretenden dirigir desde el poder el destino de las personas y de los pueblos. La última mamarrachada del regimen iraní le ha tocado en suerte al afamado cineasta Jafar Panahi, director de El círculo, León de Oro en el festival de Venecia del 2000, y Offside, Oso de Plata en el festival de Berlín del 2006, dos largometrajes extraordinarios. El caso es que un tribunal iraní lo ha condenado, junto al también cineasta Mohamed Rasulov, a seis años de prisión, acusado de preparar un film en contra del actual presidente de la República islámica, Mahmud Ahmadineyad. Sin embargo, todo el mundo sabe que el verdadero crimen de Panahi no es otro que el apoyo prestado, meses atrás, a la oposición democrática iraní en su denuncia del tongo electoral producido en las últimas elecciones presidenciales, en las que se impuso Ahmadineyad de forma un tanto irregular. Esperamos y deseamos que tanto la oposición interna iraní (Abbas Kiarostamí, padre del cine iraní contemporáneo ya se ha pronunciado a su favor) como la presión internacional surtan efecto y Panahi sea liberado en breve.