All passion, all power
... ¡All Blacks!

El último test-match de la gira europea de otoño de nuestros admirados All Blacks tuvo lugar el sábado pasado, día 27 de noviembre, en el Millenium Stadium de Cardiff, donde se vieron las caras (¡y algo más!, y si no vean el placaje del veterano black Brad Thorn en el link que les ofrecemos al final de esta crónica) con la selección galesa, un rival un tanto hostil desde el incidente protocolario del año 2006. Les cuento. Los diablos rojos pretendieron entonces modificar por su cuenta el protocolo propio de un encuentro internacional de rugby con presencia black, alterando el orden de la haka, la danza maorí que los blacks interpretan justo antes de cada match, como es tradición en la cultura rugbystica neozelandesa. Los galeses querían que la haka siguiera al himno kiwi, interpretado en primer lugar, en tanto que equipo visitante, para que después sonara el himno galés, Land of my fathers, y diese comienzo el encuentro, a manera de revulsivo para los suyos. Querían con ello ganar la batalla de la intimidación. El caso es que los hombres de negro reunidos en el vestuario se negaron a aceptar lo que consideraron una afrenta a su cultura y tradición rugbystica, decidiendo ejecutar la haka, sí, pero en el vestuario y no en la cancha. Desde entonces, las relaciones entre los diablos rojos de Gales y los Blacks no han sido nada fluídas. De ahí que el pasado sábado, los del helecho plateado optaran por la haka ¡Kapa o Pango!, la más radical, digámoslo así, reservada para momentos especialmente comprometidos o para equipos que no les han respetado ni su espíritu ni sus tradiciones.

Más allá de todo ello, el encuentro del sábado cobró un significado especial dado el trágico suceso de la mina de Pike River, en el que murieron 29 mineros neozelandeses. Los Blacks les rindieron homenaje antes del encuentro (lucieron crespones blancos en su camiseta negra), dedicándoles la victoria final (37-25). El triunfo fue, como afirmó el entrenador kiwi Graham Henry una vez concluído el match, fruto de la entereza, el saber estar y la madurez alcanzada por un colectivo de jugadores que tiene como meta más inmediata la consecución del mundial de rugby a celebrar los meses de septiembre y octubre próximos, justamente, en Nueva Zelanda.

A mi modo de ver, dos aspectos merecen ser subrayados de lo acontecido en el Millenium, por lo que hace a los All Blacks: la solidaridad del grupo y el despunte de los más nuevos blacks. En efecto, en muchas fases del test-match pudo apreciarse a las mil maravillas eso que les hace tan grandes a los hombres de negro: la solidaridad, que el colectivo está siempre por encima de las individualidades. Al mismo tiempo, resulta esperanzador ver que los nuevos valores blacks se van afianzado en el equipo. Destaco aquí a Isaia Toeava y Sonny Bill Williams. Del resto me quedo con los de siempre: el excelso zaguero Muliaina, autor el sábado de un try excepcional y que ha realizado un tour sobresaliente; Ma'a Nonu, que cada vez recuerda más en el juego al añoradao Tana Umaga, ambos de origen samoano; Dan Carter, siempre DC; y, como no, el gran capitán Richie McCaw, al que, por cierto, le quedan sólo seis encuentros más para llegar a los 100 vistiendo la camiseta black. Quiero destacar también, especialmente, a John Afoa, que el sábado pasado realizó su primer try. Y es que siempre es bello ver anotar a los sufridos y abnegados pilares, los jugadores que chocan y empujan desde la primera línea de la melée.

Así pues, el tour europeo de los Blacks se cerró ganando los cuatro encuentros disputados en el Reino Unido e Irlanda. Se confirma la primacía de los Blacks en el concierto internacional del rugby, algo que, así son las cosas, quedará en mera estadística si el año próximo no se obtiene el mundial. Halil Bárcena
Y aquí la haka ¡Kapa o Pango!, parcialmente boicoteada, dirigida por Hosea Gear:
http://www.youtube.com/watch?annotation_id=annotation_214778&feature=iv&v=tyv_8GX-hS8