"Ven al huerto en primavera.
Hay luz, y hay vino, y hay amor
en las flores de las granadas"
Mawlânâ Rûmî (m. 1273)

Comentario:
Al despuntar la primavera, todo huerto, todo jardín bien cuidado es un estallido de vida. En el huerto particular del derviche crecen la luz, el vino y el amor. La luz del conocimiento, el vino de la embriaguez mística y el amor incondicionado que es la manifestación más perfecta de la unidad. La primavera es la estación por excelencia del derviche. Mejor aún, el derviche es en sí mismo una primavera inagotable de luz, vino y amor. De igual modo que jamás nadie se ha quejado de la primavera y los poetas la han cantado con sus mejores versos, todos se sienten a gusto y en paz en presencia del derviche, que encarna, como la fruta de la granada, la no dualidad perfecta, la integración de la multiplicidad en la unidad absoluta de la existencia. Halil Bárcena