"¿Cómo podrá estar triste
aquél cuya alegría viene de ti?
Es por la luz que existe el sol.
Mawlânâ Rûmî (m. 1273)

Comentario:
Quien vive en la presencia amorosa de Él, el Amigo, lo único real, vive alegre y gozoso. Quien se ha liberado de la tiranía de la egocentración y la mirada estrecha del mundo y de las cosas que aquélla nos impone, descansa en la gran paz. Sólo ese puede afirmar que está realmente vivo. El derviche posee un signo en su rostro: sobre su frente brilla una luz radiante, prueba de la presencia en él del Amigo, y en sus labios hay siempre esbozada una sonrisa. Lo ves entre los hombres como si fuese uno más, pero no es lo que ves. Por todo ello, la senda del sufismo, que es la vía de la amistad espiritual y del Amigo, no puede ser jamás ni sufriente ni castradora, y quien así lo pretenda errará el tiro. La amistad sufí no sabe de reglas ni sumisiones. En la jânâqa, la taberna derviche, no se habla el lenguaje de la culpa ni tampoco el del sacrificio o la amenaza. Todo cuanto allí se dice destila alegría y amor; amor al cuerpo, a la humanidad, a la naturaleza y al espíritu. Es, pues, la presencia en él del Amigo lo que empuja al derviche a celebrar danzando, con humildad, despreocupación y alegría, su amor total por la vida. Halil Bárcena