lunes, 5 de octubre de 2009

Tener sed


"Llevo dentro un pez sediento

que jamás tiene bastante
de aquello por lo que tiene sed"

Mawlânâ Rûmî (m. 1273)




Comentario:
Lo primero en el camino interior es tener sed; mejor aún, sentirse sediento, porque la sed no se tiene, sino que se siente abrasadora por dentro. Sentir sed, sin por ello preocuparse de hallar agua. He ahí una de las mayores paradojas del camino interior. El camino no se recorre para saciar la sed, sino porque se siente sed. La palabra agua no quita la sed, del mismo modo tampoco es suficiente para impulsar nuestro caminar. La espiritualidad es un arte sutil, el más sutil de todos. Eso lo entendieron muy bien los derviches persas del pasado. El derviche habla un lenguaje particular: zabân-e hâl, la lengua silenciosa de la paradoja. Eso es lo primero que debe comprenderse antes de lanzarse uno a caminar: que las cosas, y menos aún las que tienen que ver con la senda del amor, no son como creemos, pues funcionan con otra lógica bien distinta. Lo que has de comprender es que quien no tiene sed se mostrará indiferente ante la fuente y pasará de largo. Por consiguiente, no te preocupes por el agua y sí por la sed y aquello que la provoca. Halil Bárcena