lunes, 20 de julio de 2009

Nuestra música eres tú


"Nosotros somos el ney
-flauta derviche de caña-;
nuestra música eres Tú".


Mawlânâ Rûmî (m. 1273)




Comentario:

La vida no nos pertenece en propiedad; simplemente la tenemos en depósito por un tiempo limitado que nadie sabe. Somos como un ney, la flauta derviche de caña tantas veces cantada por Rûmî, a través del cual transitan las distintas melodías de la existencia. Cuanta más vacuidad, mayor plenitud. Ese es el secreto organológico del ney, símbolo magnífico del hombre vaciado de sí mismo, desegocentrado, cuyo sonido (esto es, su estar, su decir y su hacer en el mundo) no es invención propia, sino la música de lo que es, la música de la vida, resonando en un ser vacío, hueco y afinado. Sólo quien nada es, puede acogerlo todo, sin atraparlo ni desear retenerlo para sí. A quien nada espera, la vida toda se le presenta como una maravilla de sonidos incalculables. Pero quien la considera suya, lucha con denuedo para no perderla, lo que no es sino una fuente constante de sufrimiento y desazón. Halil Bárcena