viernes, 12 de junio de 2009

Del ritmo y la geometría


Arte islámico:

del ritmo y la geometría


Halil Bárcena





Dos son los elementos, rigor geométrico y ritmo melodioso, que combinados pretenden mostrar plásticamente la que es la intuición espiritual fundamental expresada en el Corán, esto es, el tawhîd o unidad absoluta de la existencia, que afirma que "No hay más divinidad que Dios" (Lâ ilâha il.lâ Al.lâh), lo cual, expresado en términos no teístas y más laicos, quiere decir que no hay más realidad que la realidad realmente real. Sólo lo real es, y no mi interpretación de ello.

Ambos elementos, geometría y ritmo, los hallamos, por ejemplo, en la caligrafía, tal vez la más singular y original de las diversas manifestaciones artísticas islámicas; pero, también, en las distintas músicas cultas islámicas (persa, turca, árabe e, incluso, indopaquistaní), así como en la arquitectura, de la que nos ocupamos aquí, más concretamente. El entrelazado geométrico, rítmicamente combinado, constituye la forma predilecta de los artistas y artesanos musulmanes, al objeto de plasmar el tawhîd, la unidad subyacente que está bajo la variedad inagotable de lo existente. En sus manos, el rigor geométrico y el ritmo melodioso persiguen expresar la armonía del mundo, que no es sino otra forma de referirse a la unidad de la multiplicidad (al-wahda f al-kazra), equivalente a la multiplicidad en la unidad (al-kazra fi al-wahda).