viernes, 30 de enero de 2009

Del reconocerse


"Quien reconoce sus propias deficiencias
galopa a toda velocidad
en el camino de pefeccionarse"


Mawlânâ Rûmî (m. 1273)






Comentario:
Pensar que el derviche carece de lo que vulgarmente conocemos como defectos es desconocer casi todo del camino interior. Y es que quien holla la senda sufí no es una suerte de superhombre o de atleta espiritual inmaculado. Por supuesto, el derviche tiene defectos. Y quien lo ponga en duda, insisto, sabe poco de los sufíes y de la senda sufí. La diferencia estriba, sin embargo, en que mientras el derviche tiene defectos, el hombre común es sus defectos. Y ello gracias a que el derviche ha sabido tomar distancia respecto a los caprichos de su ego. Sin reconocer los propios límites es imposible que el hombre recorra ni siquiera dos pasos en la senda, porque a la postre sólo es posible transformar lo que se conoce. Y conocer es ver, que es lo único que importa. No se avanza en la senda a golpe de voluntarismo. Eso sería algo así como tratar de hacer crecer un árbol estirándole de las ramas. Halil Bárcena